La obra de Muñoz tiende un puente entre la escultura clásica y la de vanguardia. Su creación es de las más innovadoras en el contexto de artistas europeos ya que desde la década de 1990 comienza a trabajar la narrativa, creando grupos de figuras en interacción que forman escenas y crean espacios. La selección de esculturas que integran la exposición refleja el periodo de madurez de Muñoz, con figuras en resina de poliéster y en bronce.
Algunos de estos trabajos son inéditos para el público español, como Two figures, one laughing at one hanging (2000), y Sin título (2001), que está compuesta por dos figuras mirándose a un espejo. A través de la escultura el autor interpela al espectador enfrentándole a su propia existencia.
Las tradiciones más clasicistas y los conceptos contemporáneos se dan la mano en unas imágenes que, solas o en grupos, ponen de manifiesto la soledad, la dificultad en la comunicación y la desubicación del ser humano.
Juan Muñoz
Juan Muñoz cursó brevemente estudios de arquitectura en la Universidad Politécnica de Madrid y, posteriormente, de escultura y grabado en Reino Unido. En 1982 se trasladó a Estados Unidos para estudiar en el Pratt Center de Nueva York, donde conoció a Richard Serra. Durante su etapa formativa encuentra referencias en algunos artistas como Naum Gabo, Pevsner, el primer Henry Moore, Robert Smithson o Giorgio de Chirico.
Tras una serie de exposiciones en ciudades europeas y de Estados Unidos, se consagró desde mediados de los 80 como uno de los artistas emergentes más importantes de la escultura europea. En 2000 recibe el Premio Nacional de Artes Plásticas y en 2001 ocupa y transforma la colosal Sala de Turbinas de la Tate Modern de Londres, siendo el primer español invitado a ello, con el montaje arquitectónico titulado Double Bind (Doble atadura). Esta fue su última creación y es considerada una obra de referencia, ya que aúna todos los temas que más le preocupaban: la articulación del espacio, la soledad, la reflexión sobre la propia identidad y la incomunicación.
Además de escultor, Muñoz también se dedicó a otras manifestaciones artísticas, como el dibujo, la música, la radio o la literatura, colaborando con el escritor John Berger en una obra radiofónica y con músicos como Gavin Bryars, Bill Hawkes y Alberto Iglesias.