La muestra reúne algunas de las primeras litografías de su carrera, realizadas en su estudio de Mallorca en los años setenta. Estas comparten espacio con trabajos más recientes, algunos de ellos carteles de exposiciones reciclados para anunciar conciertos de rock y otros eventos. Las obras de más actualidad pertenecen a la serie La soledad sonora, de temática taurina.
Taurino confeso, Barceló creó esta serie alejándose de cualquier apología. De hecho, algunos de sus trabajos que abordan esta disciplina, como el cartel para la Feria de Sevilla de 2008, han sido malinterpretados y utilizados como estandarte de los antitaurinos.
Una de las piezas más curiosas de la muestra es un libro pornográfico para ciegos editado en 1993, escrito en braille e ilustrado con grabados de Barceló.
La exposición sirve como antesala de la extensa muestra de la que Barceló será protagonista en París a partir del próximo 21 de marzo.
Barceló pertenece a la generación de los 80, y su propuesta estética se sitúa entre la tradición figurativa y el expresionismo contemporáneo. Excepcional pintor y dibujante, dinámico y multidisciplinar, investiga las posibilidades sintácticas y matéricas del arte gráfico, actividad que compagina con su interés por la escultura, la cerámica o el cine. Su capacidad polifacética encuentra su máxima expresión en los proyectos de obras monumentales, como su intervención en la catedral de Mallorca o en la cúpula de la sala de los Derechos Humanos de la ONU.
El Premio Nacional de Arte Gráfico fue instituido en 1993 con el triple objetivo de reconocer la labor de los creadores que se dedican al grabado y técnicas afines, impulsar su práctica y estimular el coleccionismo de estampas. El jurado del galardón del pasado año valoró unánimemente la trayectoria de Barceló en la práctica e investigación sobre arte gráfico durante más de treinta años.