La primera mitad del concierto ofrecerá números corales de zarzuelas imprescindibles, que no sólo ponen en valor la relevancia de la música española sino que, además, la significan como símbolo de unión y hermandad en nuestro país, tales como Agua, azucarillos y aguardiente de Federico Chueca; o La verbena de la Paloma de Tomás Bretón, entre otras. El viaje musical continuará a través de coros de aclamadas óperas, como Cavalleria rusticana de Pietro Mascagni, o La traviata y Nabucco de Giuseppe Verdi; encarnación en sí mismas del espíritu de convivencia y fraternidad que surcará la velada, y que alcanzará su punto culminante en el movimiento In Paradisum del Requiem de Gabriel Fauré, broche de oro y final de armonía y conciliación.
Un repertorio, en suma, cuyos trazos coloristas conducen a través de algunas de las páginas más importantes de la historia de la música vocal de los siglos XIX y XX, al tiempo que homenajean y reivindican la necesidad de paz como esencia intrínseca de la cualidad artística y humana.
Fundado en 1897, y dirigido desde 1987 por José Antonio Sáinz Alfaro, el Orfeón Donostiarra está considerado como la agrupación coral de referencia en nuestro país. Ha trabajado con los más ilustres directores del mundo, tales como Daniel Barenboim, Loorin Maazel o Zubin Mehta; y colabora con orquestas de la talla de la Filarmónica de Berlín o la Orquesta Nacional Rusa. Tiene, asimismo, más de 200 grabaciones en su haber: su Misa del Requiem de Verdi fue nominada en los Premios Grammy 2003. Patxi Aizpiri Múgica, pianista acompañante, ha trabajado con maestros como Ricardo Mutti, Jesús López Cobos o Víctor Pablo Pérez.