Dirigida por Adolfo Fernández y David Álvarez, el protagonista y narrador de esta historia es un hombre malhumorado, un misántropo empedernido que arremete contra prácticamente todo, desde el deporte a la religión, pasando por la organización del trabajo, la autoridad o la industria automovilística. Un día cualquiera tiene un accidente de coche con Sonsoles, una ejecutiva engreída que le denuncia por supuestas lesiones.
A raíz del incidente, este hombre (carece de nombre en el teatro) totalmente indignado decide hacerle la vida imposible. Gracias al parte del seguro, consigue su teléfono, y así conoce a su hermana Rosana, una turbadora adolescente con la que comienza a tener una relación muy especial. Aunque no tiene ninguna fijación con las jovencitas, conserva un retrato de las hijas del zar Nicolás II. Le atrae especialmente la duquesa Olga y a menudo se pregunta qué debió sentir el bolchevique encargado de matarla.
«Sería esta una obra absolutamente cómica si no fuera por el carácter inquietante que adquiere a medida que se complican los acontecimientos», apunta Fernández, «por eso, además del carácter absolutamente turbador que poco a poco revela Rosana, la trama se caldea poniendo al tiempo de manifiesto toda una serie de carencias emocionales y pasiones humanas que poco tienen que ver con la comicidad y no siempre provocan risa: la soledad, la hostilidad, la misantropía, la frustración, el desamparo, la necesidad de comprensión, ¿el amor?… También, aunque rápidamente se deshaga en una pirueta trágica».
- Jueves y viernes a las 20.00 h.