En una situación marcada por el cambio político y social, la artista invita al espectador a sospechar de las imágenes como paso esencial para activar el presente. Cañas se define como hacker cultural, videoguerrillera, archivera de Sevilla, Doctora Frankenstein, ciberyonki y practicante de la ‘videomaquia’, así como el torero ejerce la tauromaquia este sería el arte de lidiar y reciclar el “detritus audiovisual” que nos rodea.
La exposición transcurre a través de territorios del cine de metraje encontrados por la artista y a través de lo que denomina videocollages satíricos que subvierten y reviven el archivo online casi infinito y el excedente de imágenes del gran teatro del mundo.
“En mi trabajo de apropiación y resignificación cuestiono los discursos cinematográficos, mediáticos y fanáticos, reflexionando sobre la extraña mezcla de diversión y tremendismo, de imaginería lúgubre y sensual que nos rodea, operando en el canibalismo iconoclasta”, señala la creadora, que reivindica narrativas audiovisuales liberadas de las concepciones “bunkerizantes” de la historia y de los géneros: avanzar por tierra de nadie, entre el cine experimental y el videoarte, el documental y el ensayo, la vida y la muerte, etc.