Una casa de campo que están tirando, unos viejos gatos que encarnan el recuerdo de vivencias pasadas, una historia de amor de dos jóvenes que se proyectan en el futuro, la música de Mozart y las Meditaciones de Marco Aurelio. Todos estos ingredientes conforman una de las obras más personales de Alonso de Santos, que propone una reflexión poética sobre el escenario en torno al sentido de la vida a través de una exploración nada convencional de las «muchas dimensiones mágicas del teatro».
Como confirma el autor, «he querido dirigirla yo mismo (cosa que casi nunca hago) porque es una obra muy personal sobre el sentido de la vida, ligado, sin duda, a mi vivencia vital en este momento. A veces los autores escribimos ‘desde fuera’, y en otras dejamos brotar ‘como confesión’ sobre el escenario los misterios que nos atenazan y las contradicciones que nos ahogan».
Amor y humor son los dos pilares de una obra que se enmarca dentro de un clima de fantasía y sensibilidad. Por un lado, «el amor que, a través de la emoción, el descubrimiento del otro y el placer, cohesiona y da sentido a nuestra realidad, nos obliga al peligroso riesgo de atreverse a sentir». Y por otro, «el humor, como respuesta vital que nos ayuda a disfrutar con la imaginación y la comunicación más genuinamente humana, y el lenguaje de la risa como contraste a la melancolía y antesala del placer», asegura Alonso de Santos.
El tiempo y el espacio se convierten también en protagonistas del drama, al tomar cuerpo y dimensión escénica. Se habla «del tránsito de los personajes que somos, entre la añoranza del pasado y la esperanza del futuro, intentando dar forma a ese latido informe que ahoga nuestro interior, y voz al sentimiento que pide ser sacado del silencio».
- De martes a sábado a las 20.30 h. / Domingos a las 19.30 h.