Si nos remontamos a los inicios, ésta comenzó a usarse en la Segunda Guerra Mundial, cuando los británicos prepararon tres carteles para divulgar durante el conflicto: dos de victoria y uno alentador, más apropiado para usarse en caso de invasión. Tras el triunfo de los Aliados se destruyeron todas las copias impresas del tercero, o al menos eso se creía, hasta que en el año 2000 un librero encontró un ejemplar y el cartel salió a la luz. El comerciante lo colgó en su librería, la gente empezó a fijarse en él, se hicieron copias y así fue como comenzó la expansión imparable de esta máxima.
La frase sintetiza a la perfección el desarrollo existencial del individuo entre la intención y los contratiempos. El esfuerzo, la voluntad, la perseverancia y la creatividad deben ser los mejores aliados de la superación personal, entendiéndose ésta como una meta ponderada en la que entran en juego factores fuera de nuestro alcance. Así, el recorrido de la exposición se plantea como un decálogo a seguir por los espectadores, a modo de manual de autoayuda, que les invita a mantener la calma y continuar sea cual sea el ámbito de la vida en el que se sientan perdidos o decepcionados. Cada obra evidencia una línea de pensamiento acorde con los presupuestos del proyecto y se abre potencialmente a otras reflexiones más profundas.
Decálogo de la muestra
Comisariada por Nerea Ubieto, el decálogo de la muestra comienza con Verónica Vicente con Todos somos invisibles; continúa NADAMÁSMATE (grupo formado por Julio Adán y Mayte Nogueiras) con Apuntamos hacia los mismos objetivos; Javier Cruz con La suerte tiene mucho que decir; Javier Pérez y su Ser conscientes de nuestra fragilidad nos hace fuertes; Guilherme Peters presenta Las cargas del presente pueden resultar liberadoras en un futuro; Dalila Gonçalves es la sexta con Solo la experiencia nos permite mejorar; a la que se sigue Seguro que hay otra manera de plantear las cosas, de Andrea Canepa; Si no alcanzas las metas preestablecidas, invéntate las tuyas propias, de Javier Núñez Gasco; Siempre nos quedará la incertidumbre, de Javier Chozas; y En este juego de resistencia no estás solo, de Óscar Santillán.