En la muestra Correa trabaja la pintura al fresco. Fue en su última exposición, celebrada en Marlborough Madrid en 2014, donde presentaba el inicio de lo que sería una variación en su trabajo.
Correa es un artista constante, con un trabajo sin estridencias. Estas obras de pequeño formato revelan una dinámica de composiciones, colores y juegos de trazos que hacen que la muestra resulte muy atractiva visualmente. Cada pieza, independientemente del conjunto, tiene una entidad propia, una personalidad compositiva y matérica y, en su conjunto, la exposición otorga una visión general muy completa sobre su obra.
Verdes definidos, formas geométricas, carmines rotundos, azules empolvados, bermellones difusos, ocres diluidos… Combinaciones de materia, forma y color que dotan a la obra de Juan Correa de una presencia sutil y al mismo tiempo rotunda.
Desde sus primeras exposiciones nos podemos enfrentar a una obra matérica y táctil, y encontramos nuevamente referencias a la Antigüedad, las ruinas pompeyanas, Plinio, el arte clásico… Nunca se separa del halo que aporta el paso del tiempo. Y de nuevo sus guiños figurativos, sus figuras escondidas y su realidad contenida por el fragmento.