El Museo Oteiza de Alzuza (Navarra) acoge la primera exposición, 1513. Desde las Paces de Urtubia. Geografía y paisaje, que incluye un conjunto de 65 piezas. El castillo de Urtubia acogió en 1513 la firma de las treguas que suscribieron Fernando el Católico, rey de Aragón y regente de Castilla, y Luis XII, rey de Francia. A partir de ese momento, Navarra dejó de ser un reino vinculado a la dinastía de los Albret, aliados de la corona francesa, y comenzó a depender del Reino de Castilla. El documento de este acuerdo de paz es el punto de partida de este proyecto expositivo, que reflexiona en torno a la relación entre la configuración del territorio y el orden administrativo de la sociedad y la representación del paisaje a lo largo de la historia, presente en cartografía histórica y obras de artistas contemporáneos.

Eduardo Chillida. Lurra G-186, 1990. Tierra chamota. Colección familia Chillida-Belzunce.

El documento de las Paces de Urtubia, procedente del Archivo de Simancas, marca el inicio de esta exposición, comisariada por Gillermo Zuaznabar, junto al documento se muestran las Bulas Papales de Julio II que en 1512 advirtieron de que cualquier rechazo a la adhesión de Navarra a Castilla suponía un acto de apoyo a los enemigos de la Iglesia.

A partir de ese momento, el recorrido expositivo presenta un extenso conjunto de cartografía histórica que representa, a lo largo del tiempo, el nuevo orden geopolítico suscitado tras la conquista de Navarra por parte de Castilla y la necesidad de elaborar la documentación que lo representara. Este recorrido a través de la cartografía histórica se complementa con elementos de la geografía  internacional. En este contexto destaca la presencia de una Cosmografía de Ptolomeo, manuscrito del siglo XV, joya bibliográfica y uno de los documentos más importantes conservados en la Biblioteca Nacional de España, así como una réplica del Mapa de Abauntz, pieza neolítica datada en el 9815 a.C con una superficie cubierta de representaciones grabadas a buril que siguen los patrones del arte paleolítico de estilo franco-cantábrico.

Junto a las referencias documentales, el recorrido expositivo alude a la construcción contemporánea del paisaje, a través de la obra de autores modernos y contemporáneos. En este apartado se muestran tres obras de Eduardo Chillida pertenecientes a las serie Lurrak, así como otras tantas obras de Jorge Oteiza, junto con numerosa documentación y fotografías de José Miguel Barandiaran procedentes de sus excavaciones desarrolladas en los años sesenta del siglo XX. El conjunto de 65 piezas que conforman la muestra se completa con obras de artistas como Carlos Irijalba o Javier Alkain, así como por las piezas producidas expresamente para este proyecto por Alessandro Isastia y Manuel Asín.

Sobre Tratado de Paz

Tratado de Paz responde a dos cuestiones clave, según explica Eraso, «se pensó como un espejo de la capitalidad pero que no se concentrase sólo en San Sebastián sino que tuviese muchas apreturas, que no tuviese un mapa cerrado y que ese territorio estuviese definido por los propios proyectos. Por otro lado, nos interesaba mucho que la capitalidad no fuese sólo un evento que se desarrollara en un momento limitado sino que permitiera producir proyectos de investigación, de implicación de la sociedad civil creativa y producciones artísticas que tuvieran un largo proceso».

Así nació un proyecto que lleva más de siete años de andadura y que se despliega en casi una veintena de localizaciones de Euskadi, Navarra y Francia, así como Salamanca y Barcelona. «El proceso de investigación ha sido largo y en él ha participado una amplia red de instituciones colaboradoras y otra de investigadores y artistas».

Entre estas instituciones destaca el Museo del Prado, que nunca había realizado un préstamo tan amplio de obras a un proyecto ajeno a la institución. «Pedro G. Romero se ha sumergido en nuestras colecciones y ha seleccionado más de medio centenar de obras para los diferentes escenarios donde se atomiza la exposición», destaca Miguel Zugaza, director del Prado. Pero también se encuentran los museos del Louvre, Reina Sofía o el Bellas Artes de Bilbao, hasta un total de 21.

Carácter enciclopédico

El proyecto se divide en dos capítulos. El primero, 1813, Asedio, incendio y reconstrucción de San Sebastián, tuvo lugar en 2013 con el objetivo de conmemorar el bicentenario de la destrucción y posterior reconstrucción de la ciudad. El segundo capítulo se celebra este año y comprende una exposición central, siete casos de estudio, un estudio monográfico, siete Afueras, así como un programa pedagógico y diferentes publicaciones.

Este comienza su indagación en la obra de Francisco de Vitoria, la Escuela Ibérica de la Paz (la llamada Escuela de Salamanca), verdadera fuente del llamado Derecho Internacional de Gentes; del que nacen las posibilidades políticas de terminar con la guerra y la violencia como formas de solución de conflictos. Continúa con las guerras contra los «herejes», la expulsión de moriscos y judíos, y la colonización del continente americano. Y concluye con el ciclo de acuerdos de paz que tienen lugar tras las sucesivas guerras del siglo pasado hasta la actualidad.

Pieter Brueghel. La urraca sobre el cadalso.

La exposición 1516-2016. Tratados de paz, que acogerá, del 17 de junio al 2 de octubre de 2016, el San Telmo Museoa y el Koldo Mitxelena Kulturunea, «supone una investigación de carácter enciclopédico de más de 500 años», explica Pablo Berástegui, director general de San Sebastián 2016.

Toma como patrón la idea de museo como paradigma que acoge lo que se entiende como arte hoy en día y como espacio que nace para la representación de la paz. «Lo primero que nos preguntamos es, ¿por qué para hablar de la paz y de los tratados de paz se hace una exposición de arte? Esta pregunta la contestamos mirando hacia el primer museo, el Louvre, que se construyó después de la Revolución Francesa como celebración de una nueva situación política», explica el comisario de la muestra.

En este discurso expositivo se mostrarán más de 400 piezas de artistas como Goya, Rubens, Murillo, Ribera, además de Picasso, Le Corbusier o Maruja Mallo; hasta llegar a Elena Asins, Alice Creischer y Nancy Spero o las fotografías de Sophie Ristelhueber, entre otros. Pero también se reproducirán estancias que han existido a lo largo de la historia, como «el Salón de Reinos del Palacio del Buen Retiro, que nos interesa por esa concepción que muestra la ‘paz austriaca’, la paz de los Austrias en aquel momento, o el Salón de los Espejos de Versalles», relata Romero.

Se expondrán ejercicios y prácticas históricas ligadas a la pedagogía que van desde los ejercicios jesuitas de asimilación cultural (los llamados «catecismos de indios»), hasta las acciones performativas colectivas propuestas por Yoko Ono para el desarme y la paz. Las piezas estarán distribuidas en ámbitos argumentales propios de los asuntos en los que la Escuela Ibérica de la Paz dividía cualquier tratado de paz: territorios, historia, emblemas, milicia, muertos, población, economía, armas y tratados.

Casos de estudio

La exposición central se complementa con otras siete sobre episodios históricos, los Casos de estudio, y un estudio monográfico que aportarán «densidad, ambición y contexto al proyecto»:

• 1513. Desde las Paces de Urtubia. Geografía y paisaje (Fundación Museo Jorge Oteiza, 26 de mayo – 18 de septiembre): está comisariado por Guillermo Zuaznabar y alude a la geopolítica y al orden administrativo de la sociedad.

• 1660. Con la Paz de los Pirineos. Política y familia (Museo Vasco y de la Historia, 3 de junio – 25 de septiembre): los comisarios Javier Portús y Olivier Ribeton muestran el contexto político en el que se produjo la Paz de los Pirineos.

• 1808. Por la Abdicación de Bayona. Ornamento y delito (Le DIDAM, 3 de junio – 25 de septiembre): se adentra en la Abdicación de Bayona, que fue la primera carta liberal que se diera en el Reino de España. Los comisarios son Olivier Ribeton y José Ramón Ais Larizgoitia.

• 1839. Ante el Abrazo de Vergara. Gesto e interpretación (Zumalakarregi Museoa, 9 de junio – 23 de agosto / Laboratorium Museoa, 31 de agosto – 1 de noviembre): Mikel Alberdi comisaría una muestra que se centra en el Convenio de Vergara.

• 1930. En el Pacto de San Sebastián. Historia y síncope (Ganbara de Koldo Mitxelena Kulturunea, 10 de junio – 4 de septiembre): Isabel de Naverán se adentra en el Pacto de San Sebastián que preparó la llegada de la Segunda República.

• 1989. Tras las conversaciones de Argel. Delirio y tregua (Artium, Centro-Museo Vasco de Arte Contemporáneo, 11 de agosto – 16 de octubre / Fundació Antoni Tàpies, 11 de noviembre – 15 de enero): Carles Guerra se introduce en el periodo histórico marcado por la actividad terrorista de ETA.

• 1937. Sobre Gernika. Guerra y civitas (Museo de Bellas Artes de Bilbao, 30 de septiembre – 9 de enero de 2017): Valentín Roma comisaría una exposición sobre la peregrinación del Guernica y su significado.

• 1936. José María Sert y la Sociedad de las Naciones (Universidad de Salamanca, en otoño de 2016 / San Telmo Museo, en 2017): comisariada por Patricia Molins se adentra en el trabajo de ornamentación de Sert en la Sala del Consejo del Palacio de la Sociedad de las Naciones en Ginebra.