Una selección de 37 estampas publicadas en 26 libros impresos desde el siglo XV al XXI, verdaderas joyas, permiten apreciar no solo novedades y progresos técnicos sino también el cambio en las preferencias estéticas a lo largo del tiempo, uno de los temas predilectos de José Lázaro Galdiano.
El propósito de esta pequeña exposición es eminentemente didáctico. Como apunta su comisario, Juan Antonio Yeves, director de la Biblioteca: “Se trata de ofrecer una exposición que permita mostrar las distintas técnicas relacionadas con los sistemas de impresión y estampación de materiales gráficos a lo largo de los siglos, así como los rasgos identificadores de las estampas, para su catalogación y estudio”. Ante el gran número y variedad de estampas existentes en la colección se ha optado por mostrar alrededor de 16 técnicas de estampación distintas.
Técnicas originales
La exposición se divide en dos secciones. En la primera se muestran libros con ilustraciones realizadas mediante técnicas originales, es decir, a partir de matrices en relieve —xilografía al hilo, a la testa, en camafeo y linografía—, en hueco —buril, aguafuerte, aguatinta, punta seca, ruleta y manera negra— o planas —litografía y cromolitografía—. Al mismo tiempo ofrece la posibilidad de contemplar obras maestras de la historia del libro: desde incunables como El sueño de Polífilo, impreso por Aldo Manucio en 1499, o una página de Apocalipsis cum figuris de Durero, en su edición de 1511, hasta Academie de l’espée de Girard Thibault, un monumental manual de esgrima profusamente ilustrado, del siglo XVII, o una obra de Piranesi, Antichità romane, del XVIII.
También se encuentran estampas en libros impresos en pergamino, como las del Missale ad usum ecclesie Palentine, de 1521, o de Anacreontis teii convivialia semiambia, de 1781, con el texto griego estampado y en tipografía. Entre las últimas obras de esta sección, dedicada a las técnicas originales, destacan La vie breve de Eugenio d’Ors de 1927, publicada por la Agrupación de Amigos del Libro de Arte, y ejemplos de las Ediciones de la Rosa Vera, de mediados del siglo XX, en los que la imagen adquiere especial protagonismo pues no se ideó como ilustración para un texto, sino que sirvió de inspiración para un comentario literario o una composición poética.
A partir del XIX
En la segunda parte se exponen libros impresos a partir del siglo XIX, cuando la utilización de la fotografía en la reproducción de originales supuso una verdadera revolución en el concepto de la producción en serie. Corresponden a este momento las matrices en relieve —fotograbado de línea, de trama o mixto—, en hueco — heliograbado y huecograbado— o planas —fototipia, cromotipia y fotolitografía offset—. Se trata de técnicas de reproducción fotomecánica, que han dado lugar a obras de menor renombre, que no han alcanzado tanta fama como las realizadas mediante las técnicas originales. Sin embargo, esta sección tiene interés por su novedad, pues no es frecuente encontrarla en exposiciones como ésta, y en ella reside uno de los principales atractivos de la exposición: estudiar y reconocer estas técnicas, hoy en desuso y en muchos casos olvidadas, pero que ilustran perfectamente los progresos técnicos en la edición desde el siglo XIX.
Comienza la serie con el primer ejemplar de la edición de L’effort de Edmond Haraucourt, de 1894, dedicado a José Lázaro, y sigue con publicaciones sobre arte, editadas con primor y elegancia, como Les maitres contemporains: l’art et la couleur, una monografía sobre Anton van Dyck, Los grandes retratistas en España,o L´Estampe Moderne. Otra edición de bibliófilo, la de Pablo y Virginia de Bernardin de Saint‐Pierre, sirve para mostrar un buen ejemplo de los logros de la fotolitografía, cuando el sistema offset no había alcanzado el desarrollo que después ha tenido. Como colofón figura la serigrafía, una de las técnicas más recientes y que no se puede incluir entre los sistemas mencionados anteriormente, originales y fotomecánicos, pues es un sistema de impresión permeográfico.