“El objetivo era traer el cómic al IVAM y lo hemos hecho con una exposición que muestra la diversidad estética y temática que abarcaron estos autores, una generación de artistas que revolucionó el cómic y cambió las reglas”, señala el comisario de la muestra, Álvaro Pons.
VLC. Valencia Línea Clara muestra el nacimiento y desarrollo de esta generación –conocida con la etiqueta comercial “Nueva Escuela Valenciana”– desde sus influencias previas (de los tebeos de la Editorial Valenciana al Equipo Crónica y Equipo Realidad) a sus comienzos en la autoedición y la pujante escena del cómic de finales de los 70, para hacer después un recorrido detenido por las obras fundamentales de cada uno en los años 80, cerrando la muestra con un recorrido con la profunda relación que entablaron con la ciudad de Valencia, fuente de inspiración para ellos, pero también inmenso lienzo sobre el que su estilo se proyecto en el diseño, desde carteles a locales.
“Estamos muy orgullosos de romper un silencio histórico sobre el cómic y situarnos como un museo innovador que abre sus puertas a los tebeos”, destaca José Miguel G. Cortés, director del IVAM. “El cómic ha llegado para quedarse: en las salas de exposiciones, en la biblioteca, en las actividades didácticas y pedagógicas y, por supuesto, en la Colección”.
Influencias
La primera sala de la exposición está dedicada a las influencias que recibieron estos autores en los años 40 y 50 en Valencia y que conformaron un caldo de cultivo único para el desarrollo de esta generación. “Crecieron con los tebeos que llegaban desde la Editorial Valenciana Bruguera o el propio TBO, con el cómic underground americano y las influencias del pop art”, recuerda Pons. La figura de Miguel Calatayud ocupa un lugar destacado en la exposición, ya que actuó como un catalizador para toda esta generación de dibujantes. “Aportó una modernidad necesaria al cómic que hasta entonces era muy academicista”, destaca el comisario.
La exposición muestra el desarrollo de esta generación desde sus comienzos en fanzines como El Gat Pelat o El Polvorón Polvoriento, después en revistas como Bésame Mucho, Star, Cairo, Complot o El Víbora, conformando un bloque de estética variada, pero coincidente en su vanguardismo y reivindicación de la relectura de los géneros clásicos.
La muestra continúa con un recorrido detenido por las obras fundamentales de cada uno de estos dibujantes en los años 80 y la profunda relación que entablaron con la ciudad de Valencia y la ciudad de Valencia con estos autores, de forma que sus obras rebasaron el espacio de las viñetas para inmiscuirse en la propia imagen de la ciudad, creando una vinculación de reciprocidad que aún hoy pervive como marca.