El festival se aproxima por primera vez a la figura del gran héroe griego y a su decisiva actuación en la guerra de Troya para construir una metáfora contemporánea de la guerra con un espectáculo “intenso, potente y dinámico”, según lo describe su director José Pascual. “Nuestro objetivo es transmitir al espectador el clima enloquecido de cualquier guerra”, explica. De ahí su puesta en escena atemporal.
El actor Toni Cantó se mete hasta el próximo domingo en la piel de Aquiles, el mítico personaje de la Ilíada que se presenta aquí no tanto como un héroe y un semidios sino como un hombre que se debate entre la angustia de cumplir su destino y su deber, como es el de continuar con la guerra y morir, o dejarse llevar por sus sentimientos. “Aquiles es un visionario, un antisistema, un creador, que por primera vez se plantea no solo que las cosas pueden ser de otra manera, sino que pueden ser mucho mejor”, lo define Cantó.
Diez actores en total dan vida a unos episodios extraídos de la Ilíada que versiona Roberto Rivera. Sobre el escenario, estarán también Ruth Díaz en el papel de Briseida, la troyana raptada por Aquiles; Pepe Ocio como Néstor; Philip Rogers en los papeles de Calcas y Priamo; David Tortosa como Ulises; Rubén Sanz como Ayax y Héctor; Óscar Hernández como Diomedes; Miguel Hermoso como Agamenón y el desconocido; Lourdes Verger como la sacerdotisa; y Octavi Pujades como Patroclo.
Ciudad inexpugnable
La escenografía, a cargo de Curt Allen Wilmer, transformará el escenario del Teatro Romano de Mérida con 25 toneladas de polvo de cuarzo blanco para convertirlo en la costa troyana, una playa donde los barcos griegos permanecen varados desde hace nueve años. Tiempo trasncurrido desde que los pueblos griegos se pusiera en marcha para vengar la afrenta del rapto de Helena, esposa de Menelao, a la que el troyano Paris custodia tras los muros de la ciudad.
Pero Troya se muestra inexpugnable y el desaliento y la discordia hacen su aparición en el campamento aqueo. Todos los ojos se vuelven hacia Aquiles, el más poderoso de los guerreros griegos, el héroe semidivino del que se espera una intervención decisiva que haga cambiar el curso de la batalla. Pero Aquiles, hastiado de la guerra, se pregunta si merece la pena cumplir su destino.