»Común a ambas zonas es su carácter desértico y la inmensa soledad que quería transmitir», explica el fotógrafo. El Salar es el mayor desierto de sal del mundo. Con una extensión de 12.000 kilómetros cuadrados, se encuentra a 3.600 metros de altura sobre el nivel del mar y no muy lejos de los desiertos andinos, los cuales están a casi 5.000 metros de altura.
En esta muestra conviven imágenes de corte clásico junto a otras más modernas, en las que la abstracción y las formas geométricas cobran mayor valor. El artista ha pretendido que todas ellas estén dotadas de plasticidad y cromaticidad. Su objetivo es hablar de la soledad, enmarcándola en la belleza, provocando reflexiones y sentimientos agridulces.
Fundamentalmente autodidacta, Cano Erhardt acaba de ser galardonado con el Primer Premio de Fotografía de la Fundación ENAIRE (antes AENA). Actualmente se concentra en proyectos de paisaje rural, naturaleza y fotografía de calle. Hasta el 31 de julio, la madrileña Galería Luis Burgos acoge su exposición In Coney Island, en la que retrata el singular ecosistema humano que se descubre en la playa y el parque de atracciones más conocidos de Nueva York.