El festival deja a un lado su temática principal, que gira en torno al tema de Europa, para hacer un hueco a Dahl-Wolfe. Como afirma su directora, María García Yelo, «no es una exposición que pertenezca a la temática que abordamos en esta edición, pero siempre hemos intentado recuperar a fotógrafos clásicos y con esta muestra rescatamos la obra de una de las madres de la fotografía».
Dahl-Wolfe modernizó la fotografía de moda de su tiempo y el retrato hollywoodiense, y su obra tuvo un gran impacto en la cultura visual estadounidense. Sus imágenes compitieron con las de prestigiosos fotógrafos de la época, como Edward Steichen, Horst P. Horst, George Hoyningen-Huene, Irving Penn o Martin Munkácsi e influyeron en otros como Richard Avedon. Pero algo que la caracterizó por encima de todo es que «fue la primera fotógrafa de moda que sacó a los modelos a la calle y los fotografió con luz natural, en paisajes naturales y urbanos», destaca la comisaria.
Realizó fotografías en diferentes emplazamientos de Arizona, el desierto de California, Miami, Hawái…, hasta se atrevió a llevar a sus modelos a lugares alejados, situados en África (Kairouan, Hammamet), América (México, Cuba) o Europa (España, París, Italia). El grueso de su carrera lo desarrolló entre 1936 y 1958, años en los que trabajó para la revista Harper’s Bazaar. Fue un momento en el que en la publicación coincidió un equipo excepcional que supo dejar libertad y estimular a la artista, y que situó a la revista en un lugar central entre las publicadas en esa época.
Reivindicación de la mujer
En sus páginas publicó más de 600 fotografías en color, casi 90 portadas y cerca de 3.000 fotografías en blanco y negro, recuerda Oliva María Rubio. En estos trabajos la artista buscó dar una imagen reivindicativa y moderna de la mujer, en un momento en el que ésta «ya empieza a tener un papel en la sociedad, comienza a viajar sola y a tener independencia». En este contexto, Dahl-Wolfe experimentó con la fotografía de moda en blanco y negro y en color, una técnica de la que fue una de las grandes revolucionarias.
Esta retrospectiva cubre todas las etapas de su producción fotográfica. A la moda hay que añadir la fotografía social que había realizado después de la Gran Depresión; los desnudos; bodegones; y los retratos realizados a lo largo de toda su trayectoria a diversos personajes del mundo cultural. Entre su nómina de retratados figuran personalidades de la época como Vivien Leigh, Marlene Dietrich, Orson Welles, Carole Lombard, Bette Davis, Ginger Rogers, Charles Boyer o André Malraux, entre otros muchos.
Los retratos artificiales de la industria del cine pasaron a ser, en manos de Dahl-Wolfe, sencillos retratos de personas famosas. A lo largo de los años a estos se unirían dramaturgos, compositores, artistas, directores de cine, escritores, poetas, cantantes, etc., como Jean Cocteau, Colette, Lotte Lenya y Kurt Weill, Christopher Isherwood y W.H. Auden, Edward Hopper, Yves Montand…, que posan ante la cámara de forma natural.
Tras su retiro en 1960, su obra se sume en el olvido ya que «ella misma no la consideraba relevante. Creía que había algo popular que no tenía que ver con el arte», explica Rubio. Pero en la década de los 80 publica su libro de memorias A Photographer’s Scrapbook (1984) y es animada por Stanley Wise a exponer en su galería de Nueva York. A partir de ese momento comienza el reconocimiento y su obra es objeto de exposiciones en diversos lugares.