Bajo un título en cierto modo equívoco, se reúne una amplia colección de obras que permitirán al visitante asomarse desde muy diferentes perspectivas al mundo del arte actual. La sociedad, inmersa en verdaderas contradicciones, defiende tanto la carrera tecnológica como la vertiente más ecologista; desde lo más grotesco hasta lo más banal; lo más puramente bello y lo más irracional. En este desasosiego, el artista ofrece sus códigos para forzar así al espectador a mantener una visión diferente y a cuestionarse las distintas soluciones.
Con esta exposición, que cuenta con la participación de 33 artistas nacionales e internacionales, se pretende ofrecer una amplia panorámica de las distintas formas de hacer arte: obras en las que el único elemento que las compone es el papel (como son las de Nuno Henrique o Pedro Núñez). Otras en las que el papel es el soporte principal, ya sea con un tratamiento puramente figurativo (Carlos Forns, Carmen Laffón), más geométrico o lineal (José María Báez, Juan Suárez o Irma Álvarez-Laviada).
Algunas en las que el papel del artista es el de constructor de nuevos símbolos (Javier Palacios o Daniel Verbis), y aquellas que, realizadas en los más diversos materiales, tienen un claro mensaje socio-político que lleva a reflexionar sobre determinados comportamientos de la sociedad y sobre el papel de agitador cultural que cumple el artista (Antoni Socías, Eugenio Ampudia, Pedro G. Romero o Jesús Palomino).