El Centro de Cálculo surgió como efecto de la donación de IBM a la Universidad de Madrid de un importante equipo informático, alojado en un edificio del arquitecto Miguel Fisac construido ad hoc con el fin de facilitar la introducción de la informática en la universidad. Sus responsables principales fueron Florentino Briones, Ernesto García Camarero y Mario Barberá. Se organizaron diversos seminarios científicos, de arquitectura, poesía, música y artes plásticas, dirigido este último por el poeta y filósofo Ignacio Gómez de Liaño.
Los artistas del Centro no eran informáticos, sino simplemente creadores que sintieron interés por el tema y quisieron explorar la posibilidad de introducir los ordenadores en el proceso creativo. De la vida del seminario son destacables dos cursos, que culminaron con las dos exposiciones citadas. En la primera se presentaron obras en las que no había intervenido en absoluto la informática pero que se suponía entonces serían semejantes a las obras generadas con auxilio del recurso informático. En esa época se pensaba que un «arte informático» tendría que ser geométrico, ya que la geometría es la expresión gráfica de las matemáticas, y matemática es el alma de la informática. Sin embargo, no todos los artistas del seminario fueron estrictamente geométricos. En esa ocasión se mostraron piezas de Alexanco, Asins, Barbadillo, Equipo 57, García Asensio, Lugán, Mondrian, Quejido, Sempere, Vasarely o Yturralde, entre otros.
Una promesa
La segunda muestra, celebrada un año después, estaba compuesta por dos partes bien diferenciadas. Por un lado, «el cumplimiento de una promesa», dado que en la exposición anterior, que era de «formas computables», se prometió en cierto modo que la próxima sería de «formas computadas». Compromiso que supuso un gran esfuerzo, puesto que fue necesario concebir, programar y realizar las piezas expuestas. Los artistas que presentaron sus obras en esta sección, todos ellos miembros del seminario, fueron Alexanco, Barbadillo, Delgado, García Asensio, Gómez Perales, Lugán, Quejido, Sevilla y Sempere. La otra parte de la exposición la componían obras de destacados artistas internacionales de la misma estética informática.
Además de las anteriores se realizaron dos importantes muestras en Madrid en 1971: la primera titulada The computer assisted art exhibition, en el Palacio Nacional de Congresos, y la segunda, Formas computadas, en el Ateneo.
Entre otras cosas, aquel seminario del Centro de Cálculo fue una muestra de vida seminal de un fenómeno que actualmente lo invade todo. Pero, sobre todo, fue un brillante capítulo de las artes plásticas en nuestro país, un río emergente entre el erial de la dictadura franquista, un lugar de creación científica, artística, musical, lingüística o arquitectónica. Un espacio para la libertad.
Sobre García Asensio
Aunque nacido en Huelva en 1940, con 19 años se traslada a Madrid, ciudad en la que reside y trabaja desde entonces. Convertido en profesor de la Facultad de Bellas Artes de Madrid, descubre muy pronto que la docencia y la investigación serán claves en su trayectoria. Pionero del constructivismo español, entre 1968 y 1970 participa activamente en el Seminario Generación Automática de Formas Plásticas que se celebra en el Centro de Cálculo. En 1970 viaja a Puerto Rico, donde ejerce durante tres años como profesor de arte en la Universidad de Ponce, y entabla relación con el artista español Julio Plaza y el poeta y crítico de arte Ángel Crespo. Con una trayectoria artística que abarca prácticamente cinco décadas, su actividad es esencialmente colectiva, formando parte de las principales exposiciones de arte geométrico y constructivo celebradas en España desde mediados de los setenta hasta la actualidad.