Tras Panteísmos, y continuando con las visiones sobrecogedoras de la naturaleza, la fotógrafa toma como protagonistas a las rocas extrusivas surgidas de los numerosos volcanes de la isla. La generatividad de sus imágenes depende del fluir inevitable a la superficie.
El proyecto se diversifica a través de la instalación y otras piezas que actúan como contexto y complemento al discurso fotográfico. Más allá de la fotografía por sí misma, la reflexión estética y conceptual sobre la representación de la naturaleza en la era posgoogle también se encuentra muy presente en esta muestra.
La topografía en papel como paradoja de la accesibilidad real a la vivencia en la era analógica, sustituida por la virtualidad de alta resolución, por el deseo de la experiencia presencial de esos lugares en los que la artista ha desarrollado su trabajo. La alta resolución, la inmediatez y la posibilidad de la contemplación vía digital contrastan con la dimensión física y más tangible del material pixelado, las texturas del papel, de los objetos y la roca.