Titulada sencilla y epónimamente Armando Andrade Tudela, esta exposición presenta entradas de nuevas series escultóricas y de otras que desde hace tiempo el artista peruano ha venido desarrollando. De entre ellas es fundamental un tríptico sin título compuesto por espejos negros de gran formato dispuestos en sentido vertical. Las formas de los espejos son irregulares y sus contornos han sido extraídos de restos cerámicos arqueológicos. Estos objetos, casi totémicos, combinan la figuración (aunque de forma opaca, erosionada) y la abstracción derivada del minimalismo, incorporando referencias prehistóricas a la estética corporativa actual.

Una inestabilidad parecida puede discernirse en las piezas de pequeño y mediano formato, agrupadas bajo el título Vuscohh Vohhlver. Estos trabajos adoptan dos formas distintas: una serie de assemblages de escayola, amalgamas de volumen y textura, colocados sobre varillas de hierro que les sirven de base; y una serie de objetos de aluminio fundido dispuestos sobre baldas metálicas, formas que sugieren el movimiento, incluso el vuelo. Finalmente, la exposición muestra objetos prefabricados que el artista ha intervenido bruscamente, transformando por la fuerza artículos utilitarios en formas escultóricas.

Las obras de esta exposición examinan cómo los cambios de escala, material, formato y uso conllevan los correspondientes desplazamientos de significación, percepción y recepción estética, y por ello representan un capítulo lógico dentro de una investigación, más amplia, que el artista sigue desarrollando, la cual, de hecho, abarca un conjunto de técnicas y estrategias mucho más diverso. Y, sin embargo, como en cualquier escultura que funcione con éxito, cada una de las obras aquí presentes es absolutamente capaz de establecer sus propios parámetros, de encapsular sus propios intereses, de encarnar su propia forma autónoma; en otras palabras, de ser independiente.