El carnaval de los animales fue escrito en Austria a comienzos de 1886 y desde sus inicios creativos Saint-Saëns la consideró como un divertimento y jamás consintió que se volviera a interpretar ni que su partitura fuera accesible al público. El compositor era consciente de que algunos de los fragmentos eran parodias musicales en las que, de manera sutil, insinuaba la ridiculización de algunos compositores, (Tortugas y Fósiles) o intérpretes de la época.
Esta fantasía zoológica es una suite graciosa y ligera compuesta por 14 piezas en las que van desfilando los instrumentos/animales retratados por Saint-Saëns. Los animales aparecerán escondidos entre los instrumentos de un conjunto formado por dos pianos, un quinteto de cuerdas (dos violines, una viola, un violonchelo y un contrabajo), un xilófono y una armónica de cristal (pequeño instrumento de láminas metálicas que se hacen sonar con la presión de los dedos). Estos 10 instrumentos se van alternando para cada una de las piezas interpretando todos juntos sólo el fragmento final de la obra.