Este proyecto, que implica un regreso de Kossentini al dibujo y a la acuarela, utiliza en gran medida la geometría islámica y la estética de su ornamentación arquitectónica, inspirada por la Mezquita. Pero Fugitive se aleja del clásico diseño islámico, y más allá de indagar en las estructuras ornamentales andalusíes desde un punto de vista puramente teórico, y de utilizar estos elementos únicamente de manera formal, se centra en una búsqueda existencial in situ en la que Nicène se interroga acerca de las contradicciones y la mutabilidad de la vida y la memoria.
Inspiradas por el aspecto líquido del agua, las obras están ubicadas en el movimiento y la introspección; creadas a través de procesos muy inmersivos, hablan del cambio continuo, de la ausencia y de la pérdida. Igualmente, las piezas que componen la obra definen el agua (a modo de elemento vivo) como registros de la memoria a través de vibraciones, dónde este elemento se reúne y se aísla, se conserva y se rechaza.
Como resultado, tanto el vídeo como los dibujos presentados en esta exposición se encuentran en un estado de cambio constante. Pueden ser vistos por separado o en conjunto ya que resuenan al unísono como una partitura musical desconocida.