La obra está ambientada en 1953: «La he situado en una fecha más concreta que me interesaba por la dramaturgia: el 8 de agosto. Ese día se firmó el acuerdo de la condonación de parte la deuda alemana contraída en el periodo de entreguerras», explica Peris-Mencheta, responsable de la adaptación y dirección. La historia transcurre en una cocina que debe servir a mil comensales diarios. Un lugar que se convierte en una metáfora escénica de la complejidad de un mundo en el que se mezclan nacionalidades, razas y culturas diferentes.
En este babel se percibe la deshumanización del ser humano, pero también los sueños y preocupaciones de cada uno de los personajes. En esa cocina, Wesker mostró su descontento con la sociedad que le rodeaba. «La versión respeta bastante el texto original y casi todos los trabajadores proceden de los mismos países que marca el dramaturgo. Hay personajes alemanes, griegos, franceses, polacos e ingleses. Y desde el principio, Wesker dibuja el enfrentamiento entre dos bandos: los alemanes y los griegos… ¿os suena?», dice Mencheta.
La puesta en escena, concebida en 360 grados, pretende introducir al espectador en ese clima de caos y confusión. En palabras del director, «la función hay que verla de arriba hacia abajo, nunca en un plano frontal. Durante el primer acto hay 12 minutos en los que no paran de entrar y salir camareros, los cocineros gritan, entran y salen platos. Es un follón de tal calibre que ni un plano general serviría para poder ver la totalidad. Esto está provocado con toda intención para que cada espectador elija su propia aventura, elija en qué fijarse. Parece un follón, pero es una coreografía muy ensayada».
35 personajes
El montaje cuenta en su texto original con 35 personajes, «en mi versión son 28, interpretados por 26 actores», que son Silvia Abascal, Roberto Álvarez, Fatima Baeza, Aitor Beltrán, Almudena Cid, Víctor Duplá, Patxi Freytez, Javivi Gil Valle, José Emilio Gimeno, Ricardo Gómez, Pepe Lorente, Óscar Martínez, Natalia Mateo, Xabier Murua, Diana Palazón, Paloma Porcel, Ignacio Rengel Lucena, Xenia Reguant, Nacho Rubio, Alejo Sauras, Marta Solaz, Romans Suárez-Pazos, Mario Tardón, Javier Tolosa, Carmen del Valle y Luis Zahera. Los intérpretes forman un puzle escénico que representa a las 17 comunidades autónomas y en el que están presentes diferentes lenguas, acentos y formas de entender la realidad.
Estos, que se han documentado en cocinas reales de restaurantes, estarán cocinando platos reales, pero sin comida real. «No veremos comida, pero están cuidando mucho los gestos, de manera que casi podremos ver cómo limpian el pescado o cómo cortan la carne. A pesar de todo, olerá a comida, y el público saldrá con un hambre atroz…», aclara el director, que ha contado con el mago Jorge Blass para incluir el elemento mágico en la obra, además de introducir momentos musicales. «Convertir la cocina en una orquesta sin que sea Mayumaná es una de las cosas más apasionantes del proceso de ensayos. Los cacharros y las voces suenan y las luces acompañan a este maremágnum que es La cocina«.
- De martes a sábados a las 20.30 h. / Domingos a las 19.30 h.
- Funciones accesibles: 8 y 9 de diciembre.