El guion de La incorrupta es fruto de un proyecto colectivo que propone una narrativa híbrida entre el documental, el ensayo y la ficción. En él, varios trabajadores de un centro de arte, un becario y una profesora y sus alumnos se reúnen con una comisaria invitada que les propone una idea para una exposición. La obra cuestiona la manera en que la historia se crea, se entiende y se comunica, y aborda un tema tan actual como la corrupción, focalizando el diálogo en un objeto: un relicario del siglo XVII que contiene la famosa mano incorrupta de Santa Teresa de Jesús.
La película plantea la cuestión de la corruptibilidad o incorruptibilidad, sirviéndose de la mano y su historia como metáfora de la corrupción, pero también como objeto que abre debates plurales y permite descubrir la perplejidad de todos los que interactúan en el proyecto. Al referirse a esta cuestión, el comisario João Fernandes señala: «A su vez, se asume como metáfora de la condición humana, expandiendo el laberinto de posibles asociaciones e interpretaciones no sólo en relación con el ámbito de la política española contemporánea, sino también a nivel internacional, constituyendo en ambos casos un tema de discusión cotidiano».
En la película, el hecho de presentar un objeto de devoción religiosa en una exposición de arte contemporáneo provoca diversas reacciones entre los trabajadores del museo, que plantean cuestiones prácticas, como las autorizaciones necesarias para incluir el relicario en la muestra o sus condiciones de conservación, pero también se cuestionan el estatuto de una pieza de esas características en un museo y los significados, lecturas e interpretaciones que pueda generar.
Las propuestas de la artista se basan en narrativas históricas contingentes y fluidas, como espacios desde los que se puede reflexionar sobre el presente. Fernandes destaca también la analogía que parece existir con otras situaciones en las que los comisarios y los artistas proponen a una institución de arte la realización de un proyecto, así como el tono autorreferencial de la obra y la curiosa dicotomía que surge al plantearse cuestiones relativas a los espacios de trabajo y a los destinados al ocio.