El propio Jardiel hablaba de ella como «una obra de arte, todo lo perfecta que permite nuestra imperfecta condición humana de creadores. Fue escrita sometiéndola a un sentido del juicio y a un gusto personales e intransferibles sin pensar para nada ni en el gusto ajeno ni en el ajeno sentido de juicio; razón, tal vez, de sus iguales y ruidosos éxitos». El montaje, producido por el Centro Dramático Nacional, parte de la historia original escrita por Jardiel, que se respeta en su totalidad, pero el director ha utilizado el preámbulo y los dos entreactos para crear un juego teatral.
En una pirueta «pirandeliana», los personajes y su creador permiten profundizar en los aspectos más polémicos de la vida del dramaturgo madrileño. «La versión de la obra es pulcra y respetuosa, pero he introducido algunos añadidos en los que trato de destacar y poner de relieve la propia figura de Jardiel; sus vicisitudes, su peripecia vital, sus contradicciones y su excepcional personalidad», explica el director.
Este texto, en palabras de Caballero, «revisita la inolvidable comedia del gran renovador del teatro cómico en España con una nueva propuesta en la que la semblanza y vida del propio autor se entrelaza, casi a modo de contrafigura, con las andanzas, obsesiones, manías y querencias de Pepe, Paco y Leticia». En ella, Pepe fallece repentinamente durante la preparación de una fiesta de disfraces. Previamente ha tenido una conversación con su amigo Paco en la que le hace prometer que nunca se casará con su mujer, Leticia, en el caso de que él muera.
Sin embargo, Paco no cumple su promesa y pronto comienzan a producirse sucesos un tanto sospechosos. Luces que se encienden y se apagan, libros que cambian de sitio como por arte de magia, un piano que toca solo o la aparición del fantasma de Pepe vestido de torero son algunos de los elementos que salpican la comedia. «La obra misma es la metáfora de lo irrecuperable. Es divertidísima, pero existen momentos de nostalgia. Siempre se ha dicho que los terceros actos de las obras de Jardiel son peores, pero en este caso no es cierto; el tercer acto de esta obra es el que da sentido a todo el juego teatral; es el desgarro, la historia de amor imposible, el recuerdo, la nostalgia por recuperar lo que ya pasó», concluye el director.
El reparto está encabezado por Paloma Paso Jardiel, una de las nietas del dramaturgo, que está acompañada por Chema Adeva, Felipe Andrés, Raquel Cordero, Paco Déniz, Jacobo Dicenta, Luis Flor, Carmen Gutiérrez, Paco Ochoa, Lucía Quintana, Cayetana Recio, Macarena Sanz, Juan Carlos Talavera y Pepa Zaragoza.
- De martes a sábados a las 20.30 h. / Domingos a las 19.30 h.
- Funciones accesibles: 12 y 13 de enero.