La muestra, comisariada por Rafael Martínez, se estructura en tres ámbitos: el primero, de carácter biográfico; el segundo, centrado en Madrid, especialmente en los monumentos realizados para el Parque del Retiro; y el tercero, el más importante, dedicado a las obras creadas para diversos lugares del continente americano, como Puerto Rico, Perú, Panamá, Colombia y Venezuela.
Entre las obras más importantes que realizó Macho para Latinoamérica se encuentran el monumento a Eugenio María de Hostos en Puerto Rico, en 1926; un monumento a Sebastián Belalcázar para Cali (Colombia) en 1936, y de este mismo personaje otro para Popayán (Colombia). A esta etapa también pertenecen monumentos como el de Belisario Porras en Panamá, del que se exponen los modelos de la Libertad y la Democracia; otro del de Sebastián Belalcázar de Popayán; el almirante Grau de Lima, con el modelo de la Victoria alada y un torso con cabeza; el boceto del grupo ecuestre del monumento a Bolívar en Caracas, que no se llegó a ejecutar, y un yeso patinado del sepulcro de los Bolívar, también en Caracas, que sí se realizó.
Los dibujos Torso de hombre sentado y el Torso de hombre que forman parte de los estudios preparatorios de unos de sus mejores monumentos levantados en América, el del general Rafael Uribe en Bogotá, también tienen su espacio en esta muestra.
Junto a las obras más conocidas de Victorio Macho, como los bocetos de la Fuente de Cajal, realizada para el Retiro Madrileño, La mujer del cántaro o La cabeza de Unamuno, pueden verse otras que fueron robadas y posteriormente recuperadas en Roma, y un retrato de Victorio Macho realizado por la pintora hispano-rusa Maroussia.