La exposición, concebida como una gran instalación, representa el otoño a través de la lluvia, el sol y la luna, elementos que remiten a las formas básicas geométricas y, a su vez, al contexto en el que surgieron las primeras vanguardias artísticas y algunas de sus temáticas más características como son el primitivismo, la infancia, la geometría, el arte concreto, la abstracción, la figuración o el realismo.
En los últimos años, el lenguaje formal de Antonio Ballester Moreno ha ido depurándose hacia la simplificación de formas y colores que remiten a lo más básico, a los orígenes. Investiga las relaciones y patrones de comportamiento en la naturaleza y su influencia en disciplinas como la educación, la ecología, la psicología y, por supuesto, la estética y el arte. La posición de Antonio Ballester Moreno con respecto al trabajo manual es ideológica; por tanto, su práctica será la manifestación de una clara actitud del artista ante la vida.
El título de la muestra, ¡Vivan los campos libres de España!, es una frase del escultor Alberto Sánchez que surge en una de las excursiones junto al pintor Benjamín Palencia por los alrededores del Madrid de finales de los años veinte y principios de los treinta. La frase se recoge en el libro Palabras de un escultor, escrito por él mismo en conversaciones con Luis Lacasa.
La idea de la contraposición entre la modernidad y lo rural de la que hablaban estos artistas en la España de aquellos años sirve ahora a Antonio Ballester Moreno para mostrar los efectos gráficos que producen los patrones naturales, los ciclos y las estaciones en nuestra psicología. Destacando siempre lo más esencial, el lenguaje reducido y formal de Antonio Ballester Moreno se basa en la abstracción que recrean símbolos a partir de formas geométricas básicas con materiales como el yute sin tratar y el barro. Lunas, soles, lluvia o estrellas para representar un ciclo vital que recuerda, en sus trazos, a algunos artistas de las primeras vanguardias, en concreto a Paul Klee, Joan Miró o Josef Albers.
Con motivo de la muestra, La Casa Encendida ha editado una publicación que recoge una veintena de collages junto a textos del escultor, escritor y académico Juan Bordes, del comisario e investigador Ulrich Schötker, del profesor e historiador Rafael Sánchez-Mateos y de la comisaria Tania Pardo.