En el ejercicio de las cosas ha sido ideada como una única exposición desplegada en ocho sedes de la ciudad. En cada una de ellas emerge una serie de aspectos que el conjunto de obras y artistas aporta.
Sin preeminencia de una sobre otra, las distintas partes de la muestra toman la forma de una larga conversación amplificada por las más de cincuenta voces que la conforman, una mezcla de artistas pertenecientes a diversas generaciones que permite ofrecer distintos niveles de conocimiento. La proximidad, el ímpetu precursor y la coexistencia toman forma de diálogo, tradición, continuación e invención.
Este confuso paisaje, el equilibrio (Alimentación30 – Del 21 de febrero al 31 de marzo)
Los artistas reunidos en este espacio han creado alfabetos de todo tipo. Algunos son de caracoles caribeños, de formas geométricas, de fases lunares. Otros suspenden la relación que se establece entre signo y representación a través de las herramientas que facilita el arte, con la literatura como elemento referencial y constitutivo. Erica Bohm, Fabio Kacero y Leandro Katz logran evocar la naturaleza y congelarla en un diorama literario o convertir la grafía en un símbolo.
Realidad distraída (Biblioteca Nacional de España – Del 15 de febrero al 31 de marzo)
Eduardo Costa, Alan Courtis, Nicolás Mastracchio, Claudia del Río y Cecilia Szalkowicz se interesan por expresar la materialidad perceptiva de toda imagen. El lenguaje fotográfico propicia el fuera de campo, así como la evocación y la reconstrucción. Las fotografías de las páginas de un libro nos permiten imaginar el tipo de libro al que pertenecen. Lo visible aquí sigue la regla de percepción, esto es, acontece cuando un objeto se recorta de un espacio, pero agrega otra cualidad que nos permite intuir aquello que no podemos ver.
Las decisiones del tacto (Casa de América – Del 15 de febrero al 26 de marzo)
Sofía Bohtlingk, Eduardo Costa, Bruno Dubner, Mariana Ferrari, Carlos Huffmann, David Lamelas e Hildegarde Duane, Miguel Mitlag, Eduardo Navarro, Marie Orensanz, Karina Peisajovich, Tiziana Pierri, Humberto Rivas, Mariela Scafati y Paola Vega presentan ejercicios de narración que pueden ser entendidos como la interfaz entre la idea y su materialización, la instancia anterior a la precipitación de la forma definitiva. Lanzadas a modo de instantáneas, las manifestaciones que expone cada artista interrumpen un proceso del que prefiere no dar cuenta.
Flotante (Casa Museo Lope de Vega – Del 14 de febrero al 19 de marzo)
Fernanda Laguna descibe la producción literaria como un manifiesto liberador con la ingenuidad de los descubrimientos infantiles. Federico Manuel Peralta Ramos, que llegó a la televisión argentina en 1969 recitando poemas rimados en un programa de humor político, reescribe con irreverencia la historia del siglo XX a través de sus intervenciones discursivas. La escritura más mordaz y vernácula aparece codificada en forma de pieza teatral, dibujo y monólogo reelaborando casos de actualidad en la obra de Lux Lindner. Y Gastón Pérsico trata a la literatura y sus formas sintéticas de construir mundos como un repertorio instrumental.
Donde nunca estoy, donde nunca fui (Centro Cultural Casa de Vacas – Del 16 al 26 de febrero)
Jaime Davidovich, Marula Di Como, Carlos Ginzburg, Irene Kopelman, Martín Legón y Valentina Liernur delegan en otros la ejecución y el despliegue de sus trabajos. Los límites de una obra, el proceso de observación y la creación de vínculos a través de elementos domésticos, entre otras, son las búsquedas artísticas que condujeron a las obras aquí expuestas.
La bella sintaxis (Sala de Bóvedas de Centro Cultural Conde Duque – Del 21 de febrero al 12 de marzo)
Agencia de Viajes (Alejandro Ros y Pablo Schanton), Matías Duville, Eduardo Costa, Alberto Goldenstein, Nicolás Gullotta, Daniel Joglar y Laura Mema combinan materiales y lenguajes como sujetos de investigación y campos de prueba y estimulación. La experiencia personal y las asociaciones mnemónicas se combinan con superposiciones de materiales como el tul y el papel, el ritmo de las imágenes y el extrañamiento de los objetos expuestos en una superficie lisa.
Es ella una encantadora cosa (Museo Cerralbo – Del 16 de febrero al 2 de abril)
Las «anécdotas visuales» de Jorge Gumier Maier, Alfredo Londaibere, Rosana Schoijett y Marcela Sinclair, pese a su potencial simbólico, son escasamente narrativas. A través de lo efímero y lo desechable se origina un sistema de relaciones que señala con claridad la capacidad de transformación alojada en una forma simple. Los objetos menos poéticos se convierten aquí en potentes catalizadores de sensualidad.
Saber sin mí (La Fragua de Tabacalera Promoción del Arte – Del 16 de febrero al 16 de abril)
En este apartado, los cambiantes modos de relación que se dan entre lo personal y lo colectivo hacen de la ficción sexual y su correlato erótico una herramienta de autoaprendizaje. Las obras de Nicanor Aráoz, Paula Castro, Eduardo Costa, Marcelo Galindo, Santiago García Sáenz, Carlos Herrera, Santiago De Paoli, Mariana Tellería y Osías Yanov son situaciones, antes que objetos artísticos, donde es posible desarmar lo aprendido.