Las sevillanas Julia Llerena y Gloria Martín, la pareja artística Fuentesal&Arenillas –compuesta por la onubense Julia Fuentesal y el gaditano Pablo Muñoz de Arenillas, que residen actualmente en Londres–, el cordobés José Jurado, la malagueña Leonor Serrano Rivas, la jerezana Cristina Mejías, el también gaditano Daniel Silvo, Javier Artero y Jose Iglesias que, aunque uno nació en Melilla y el otro en Madrid, residen en Málaga y Sevilla respectivamente, son los 10 participantes en esta muestra colectiva que merita este calificativo no solo por la pluralidad de sus componentes, sino también por el mensaje integrador de carácter social que transmite.
Estos han sido seleccionados por un grupo de comisarios, entre los que se cuentan Ana Ballestero, Alberto Figueroa o Yolanda Torrubia, en base a un exhaustivo estudio y siguiendo dos criterios: su vinculación a Andalucía y su pertenencia a las generaciones de artistas que parten de 1980.
Pero, ¿cómo asumir esa representación de todo el panorama artístico andaluz? La respuesta de algunos de ellos ha sido directamente la invitación a participar a otros que no han podido colaborar personalmente en el discurso de la exposición.
Daniel Silvo ha intervenido una de las salas de la muestra para crear el Atelier Sevilla, un lugar de trabajo y un espacio de convivencia gracias a la colaboración de María Cañas, MP&MP Rosado y José Miguel Pereñíguez, que acompañarán a otros nueve jóvenes artistas andaluces cuyo taller se situará en este espacio durante los próximos meses.
Por su parte, el proyecto de José Jurado ¿Qué sientes, qué piensas? es un work in progress a través del cual se integra la comunidad de artistas andaluces mediante las respuestas que están invitados a dar y de las que algunas ya figuran en los muros de la exposición –con casos tan significativos como el de Simón Zabell, que contesta que los artistas andaluces “piensan en que nunca pensaron que el futuro del arte sería lo que es ahora su presente”–, editándose tras la clausura de la muestra una publicación con todas las intervenciones recogidas.
El propio título, ¿Qué sienten, qué piensan los artistas andaluces de ahora?, es ya una declaración de intenciones que se toma prestada del poema Balada para los poetas andaluces que en 1957 publicó Rafael Alberti –cambiando poetas por artistas–, al que el grupo musical Aguaviva dedicó una canción en 1969, dos referencias que se constituyen como el punto de partida de la problemática de la exposición.
El objetivo de integrar, incluir e interconectar el colectivo de artistas andaluces para indagar en las posibilidades de acción y reflexión del arte contemporáneo en esta comunidad se pone de manifiesto a través de piezas interactivas como la de Jose Iglesias. El plano de inmanencia de la cocina es el nombre que ha dado a su intervención espacial, con la presencia de un router activo, y virtual, con la red intangible formada a partir de las conexiones wifi de los visitantes.
Cielos estrellados, doma, un paseo marítimo…
Otros sentimientos y pensamientos se encuentran igualmente reflejados a través de las piezas de Fuentesal&Arenillas o Javier Artero. Los primeros traen a colación la emigración, el concepto del tránsito y el viaje –que materializan en Suelo de madera– y los recuerdos que conservan de su propio periplo. En cambio, Artero plantea la cuestión de los antagonismos a través de la manipulación de tres escenas grabadas en un paseo marítimo.
Julia Llerena y Cristina Mejías emplean el vídeo como soporte de su obra. Si bien en 18.06.1889. Noche estrellada de Llerena el espectador es invitado a la deambulación para activar la reproducción, en la obra de Mejías es la proyección la que se encuentra en un continuo movimiento que rodea al visitante, convertido en el eje tanto físico como metafórico de la instalación.
Por último, Leonor Serrano Rivas y Gloria Martín interactúan con el espacio del CAAC que constituye una pieza más de sus proyectos. La primera lo emplea como decorado del teatro compuesto por las Piezas de Adorno, en las que el juego de luces y sombras tiene una importancia capital, mientras que la segunda rompe los propios muros de la sala para dejar al descubierto el mundo oculto de los almacenes de museos.
No se olvidan del público, pues, si los artistas andaluces forman parte del panorama que vive hoy el arte contemporáneo, la sociedad en la que se insertan y aquellos a quienes se dirigen son la otra cara de una misma moneda. Así, esta exposición supone un acercamiento entre estos dos polos que permite a unos expresarse y a otros comprender qué sienten, qué piensan los artistas andaluces de ahora.