Cánovas está interesado en los espacios donde confluyen la naturaleza y la ciudad para crear imágenes con una fuerte dimensión poética y estética. Su exploración ha tenido como escenario los altos hornos y la ría de Bilbao, el paisaje industrial del Vallés de Barcelona, y también entornos más cercanos al autor, como Pamplona, a la que ha dedicado su atención desde la década de los 80.
Este artista ha estado unido al Museo desde su nacimiento, «inició su proyecto Séptimo Cielo hace más de 10 años, dentro de nuestro programa de producción artística Tender Puentes. Aquella serie ha tenido un largo desarrollo que se extiende hasta el presente y es de algún modo también el origen de esta exposición”, recuerda Jaime García del Barrio, director del Museo.
Observador ambulante
Cánovas está considerado un observador ambulante en la frontera de lo urbano, de la actividad humana que conforma el paisaje posindustrial. Sus fotografías son monumentos poéticos construidos en momentos intermedios que preceden o rememoran grandes cambios sociales e industriales que dejan huellas en el espacio.
La muestra, realizada en colaboración con la Fundación ICO, presenta el trabajo cronológicamente y distribuido en seis series. La denominada Paisajes sin retorno, sobre la ría de Bilbao en 1993 y 1994, ha sido reconocido como una obra de referencia sobre paisajismo urbano español y se ha convertido en “testimonio de una ciudad que había decidido renovarse, abandonando la industria pesada para girar a la cultural, con todo lo que ello implica en el paisaje”, explica Cánovas. “Las imágenes de Bilbao proyectan cierta nostalgia por la inminente desaparición de paisajes y de actividades humanas. De hecho tomé fotografías durante los dos últimos días de actividad de los altos hornos”.
Esta exposición podrá verse en el Museo ICO (Madrid) de junio a septiembre de 2018.