Todo indica que la obra, que se expondrá en el Prado como depósito temporal prorrogable, es un estudio del rostro del rey para el cuadro La expulsión de los moriscos, por Felipe III, con el que Velázquez ganó un concurso entre los pintores de la corte y que pereció en el incendio del Alcázar de Madrid en 1734. Los datos técnicos son similares a los de sus cuadros de finales de la década de 1620, y la comparación con retratos realizados entonces muestra reveladoras similitudes de factura y construcción.
El nuevo velázquez se exhibirá junto al lienzo de Tiziano Felipe II ofreciendo al cielo al infante don Fernando, que acaba de ser restaurado en los talleres del Prado y que precisamente colgaba en el Alcázar junto a La expulsión de los moriscos, por Felipe III.