Interpretado como una alegoría de la memoria sonora parcialmente transferida en materia física, las obras incluidas en esta muestra remiten a la idea de un tiempo pasado cuya indeterminada evocación es susceptible de surgir a través de la contemplación de las imágenes que, a modo de particulares fósiles, sugieren las superficies pétreas.
El origen objetual de las caprichosas grafías que ofrecen las distintas piedras corresponden a casetes y cintas magnéticas de audio. Estas han sido directamente escaneadas como objetos tridimensionales y las imágenes tratadas digitalmente antes de ser definitivamente transferidas manualmente a cada una de las piedras. Éstas, en ocasiones, se muestran como pequeños puzles que hablan tanto de fracción y ruptura como de continuidad y plenitud. Se ofrecen, en definitiva, como pequeños indicios de una memoria individual, también colectiva, de sonidos extintos transmutados en enigmática imagen con voluntad de ser preservada. Portales físicos de la memoria que nos han de sobrevivir.
Javier Ariza es licenciado y doctor en Bellas Artes y profesor titular en la Facultad de Bellas Artes de Cuenca. Su actividad académica y artística se centra en la investigación interdisciplinar de las relaciones del sonido con las artes plásticas. Sus líneas de investigación se ubican en el arte sonoro y las tecnologías de la imagen.