Bajo el título de La exaltación del ser, García-Alix ha seleccionado a seis autores «heterodoxos, cuyas creaciones se alejan de la norma y se nutren de lo más íntimo y pasional». Esto ocurre con Nozolino, cuya obra se presenta ante el espectador con «un montaje espiritual, ya que sus imágenes parecen salir de sus sueños».
En total, una veintena de fotografías en blanco y negro tomadas entre 2008 y 2013 en Nueva York, Lisboa, París y Berlín, entre otros lugares, conforman una exposición donde la protagonista es la ausencia. Esta “presencia física” se hace patente a través de composiciones verticales en las que la línea frustra el horizonte y los detalles se oscurecen. La transparencia del negro revela un mundo que se destruye constantemente.
Estas imágenes muestran una vez más su eterna preocupación por el estado del mundo y la búsqueda de la imagen analógica pura, verdadera, no manipulada. Como explica el propio autor, «es complicado hablar de esta exposición porque me dedico a la fotografía para no tener que hablar. No me fío de las palabras sino de las imágenes sin tratar. Sólo me fío del ‘NO’ porque las demás palabras se pueden tergiversar».
Fotografía contemporánea
Paulo Nozolino es una de las grandes figuras de la fotografía contemporánea. Su carrera comienza en los años 70 en Londres, donde se trasladó a vivir, y posteriormente en París en las décadas de los 1980 y 1990. Aquella fue su base para los viajes que realizaría por el mundo árabe y resto de Europa después de la caída del Muro de Berlín. Libros como Penumbra y Solo son buenos ejemplos de su conciencia política sobre el cambio social.
En 2002 vuelve a Portugal después de una exposición antológica _ Nada – en la Maison Européenne de la Photographie en París. En 2005, el Museo Serralves de Oporto le invita a una nueva antológica, Far Cry, que por primera vez presenta el trabajo de un fotógrafo portugués. Nozolino entiende la fotografía como entiende la vida, usándola para comprender el mundo y a sí mismo, llevándola al límite de su búsqueda, sus respuesta y sus experiencias.
No hay lugar para la complacencia en su trabajo. Destrucción significa destrucción, muerte significa muerte. Ciclos constantes en su época histórica, el siglo XX, y aún más vivo en el presente, como lo reflejan sus trabajos más recientes, Lonely Bone, Makulatur, Usura y Gloom. Los reconocimientos y premios le han acompañado desde sus comienzos: Villa Médicis (1994), en France; el Grande Prémio Nacional de Fotografia (2006) y el Prémio Sociedade Portuguesa de Autores (2013) en Portugal son reflejo de su fama.