Comisariada por Mira Bernabeu, la muestra reúne una selección del trabajo realizado por Berenguer en el conocido music hall El Molino a mediados de los 70, en plena transición política española. El título de la exposición hace referencia al nombre de la obra que se representaba cuando Berenguer tomó las fotografías, una alusión satírica a la situación de corrupción política, social y cultural que se vivía en la España de aquellos años.
En los palcos, empresarios e intelectuales, hombres del régimen y líderes obreros, agentes de paisano y universitarios; en el escenario, folclóricas, ilusionistas, cómicos, bailarinas de burlesque y de striptease. Las fotografías de Berenguer transmiten vida y han dejado retratos de personajes entrañables. Como apunta Rafa Levenfeld, “el espectáculo terminaba con la apoteosis de toda la compañía sobre el escenario rindiendo pleitesía a las vedettes ataviadas con sus plumas y trajes de lentejuelas, y todos cantando A chupar del bote / hasta que se agote…
Paralelamente a la exposición, la editorial RM ha publicado el libro A chupar del bote, que pretende ser no sólo “un justo reconocimiento del talento de un valioso fotógrafo, sino también ofrecer al público una obra que con el tiempo ha madurado y se revela en la actualidad como un magnífico documento artístico y sociológico de una época crucial de la historia reciente de España».
Ximo Berenguer se aficionó a la fotografía de adolescente, utilizando la cámara Kodak Retina de su padre. Entre 1965-68 frecuentó el Foto Club Valencia y participó en distintos concursos. En 1968 se trasladó a Barcelona para estudiar en el Institut d’Estudis Fotográfics de la Escuela Industrial, tras lo cual ingresó en la Agrupación Fotográfica de Cataluña y colaboró en las actividades del Grup Jove. Se adentra en la fotografía de reportaje y en 1973 entró a trabajar en el estudio de Leopoldo Pomés. Visitó con regularidad a Josep María Casademont y mantuvo contactos con el equipo de El Rrollo Enmascarado y con otros grupos underground barceloneses. En 1975, el bailarín y coreógrafo Negrito Poli lo introdujo en El Molino, y a partir de ahí desplegó una gran actividad realizando reportajes de los acontecimientos políticos y sociales de la Transición, desde las grandes manifestaciones populares, la represión policial hasta las primeras elecciones democráticas y las sucesivas ediciones del festival Canet Rock. En 1978, Berenguer fallece en un accidente de tráfico dejando un legado fotográfico de unos quince mil negativos y trescientos tirajes de época en diferentes formatos que permaneció en la casa familiar hasta la muerte de sus padres.Política y sociedad