German Haircut supone su primera exposición individual dentro de una institución y se presenta como un proceso de trabajo basado inicialmente en la producción pictórica y escultórica más reciente. Asimismo contempla la evolución de su trabajo insertando una serie de obras anteriores que buscan correspondencias compositivas y evidencian ese proceso abierto que se manifiesta cuando se recorre el espacio. Es, también, una propuesta que tiende la mano a la invitación a trabajar con la figura de Luis Seoane. Kiko Pérez establece ese gesto especialmente con los trabajos comprendidos dentro de la destacada labor de Seoane como diseñador editorial y publicitario, definidos por un carácter más sintético e impersonal, con objetivos marcados desde el plano compositivo.
No obstante, la exposición no deja tras de sí un homenaje aislado, sino una especial atención a los procesos de Seoane, a detalles sutiles que llegan a perderse dentro de las composiciones de Kiko Pérez y posibilitan una especie de complicidad entre las soluciones de ambos. Quizás la parte más interesante de esta revisión sea que sus procesos partían previamente de puntos en común y estos, más que centrarse únicamente en trabajos concretos, planean sobre el trabajo de Pérez de una manera leve y precisa, pero no evidente. Situado entre los artistas más destacados de su generación, el pensamiento alrededor de su práctica aporta indicios de ese aprendizaje continuo y deja reflexiones que acercan a un creador instalado en un espacio nada cómodo.
Kiko Pérez es un artista plástico establecido en Madrid y formado a medio camino entre los contextos gallego y vasco. Lejos de adscripciones disciplinarias, su trabajo recorre formalmente un camino basado en la honestidad de un proceso abierto, que evidencia de algún modo de dónde procede y aporta pistas acerca de adónde va. Pintor entre escultores y viceversa, su interés por los planos de color y por las formas fluctúa entre lo geométrico y lo orgánico, sin reivindicaciones, pero dando especial importancia a la línea y a la superposición de planos. Estos conceptos son cruciales a la hora de entender su proceso, convirtiendo cada obra en una especie de boceto que inicialmente se configura de una manera provisional para adquirir finalmente una autonomía plena.