La relación entre materiales y acción, público y objeto, es fundamental en la obra de este artista para quien el arte tiene una naturaleza inmaterial y performativa, de manera que el cuerpo, el tiempo y el espacio se convierten en materiales escultóricos. La obra de Erhard Walther, desarrollada desde finales de los 50 hasta la actualidad, anticipa muchas de las cuestiones que caracterizan la historia del arte respecto a la condición del objeto artístico y la naturaleza del espectador.
En palabras de João Fernandes, «la obra de Franz crea una relación con la idea de acción, de activación de la escultura que antes de él no existía, y que es de alguna manera precursora porque anticipa muchos de los nuevos lenguajes que han redefinido las posibilidades de la escultura en el siglo XX». A través de la producción de objetos participativos expande la definición del arte y su relación con los públicos.
Para el artista, el arte posee un carácter inmaterial y performativo que se manifiesta en el compromiso individual, físico y mental del espectador en el momento de encontrarse con las obras. «La idea es que el espectador complete la obra y esto está detrás de la activación», explica el artista. Este concepto, como asegura el comisario, es «una experiencia sensorial y una situación que las piezas posibilitan construir. El público se puede volver escultura a partir del momento en que se activan».
Con esta filosofía, la exposición se articula en torno al lenguaje, ya que representa la palabra como material de trabajo, y a la acción, y por ello se desarrollarán una serie de actuaciones por parte de actores preparados por el artista relacionadas con algunas instalaciones. Estas tendrán lugar los jueves y viernes (de 18.00 a 21.00 h) y los sábados y domingos (de 12.00 a 14.00 y de 18.00 a 21.00 h) hasta el 30 de junio, y hasta el 10 de septiembre de jueves a domingo de 18.00 a 21.00 h.
Un lugar para el cuerpo acoge una selección representativa de su temprana serie Handlungsstücke (Obras de acción), de los años sesenta, considerada por él mismo no como un conjunto de performances, sino como “demostraciones de trabajo” donde el cuerpo, el espacio y el tiempo se convierten en materiales escultóricos. Estas telas-objeto deben ser activadas por el espectador.
Entre ellas destaca la instalación 1. Werksatz (Primer conjunto de obras, 1963–1969), presentada por primera vez en la Documenta 5 de Kassel (1972), en la que el autor explora muchas de las ideas que serían esenciales en su obra posterior, como la relación entre materiales y acción, espectador y objeto.
Las piezas monumentales Wandformationen (Formaciones de pared, 1969–1985) y la instalación Das neue Alphabet (El nuevo alfabeto, 1990–1996), también incluidas en esta muestra, son ejemplo de ello. Completan la selección algunos trabajos en papel de su primera etapa, como la serie Wortbilder (Cuadros de palabras, 1950), así como fotografías históricas, esculturas, dibujos y vídeos.
La muestra, que cuenta con la colaboración del Goethe-Institut, se completa con un catálogo que cuenta con un texto introductorio de Erik Verhagen, titulado Franz Erhard Walther. Del discurso a dos voces, en el que se contextualizan las imágenes del trabajo del artista. También se incluyen otros textos históricos que hasta hoy solo se habían traducido al alemán: Diálogos 1970-2014; Correspondencia entre Yve-Alain Bois y Franz Erhard Walther, y La memoria es un lugar para el registro. Conversaciones del autor con Susanne Richardt, además de un texto de João Fernandes titulado Una carta para Franz Erthard Walther, a propósito de una exposición.