Este coleccionista e hispanista estadounidense formó durante cuarenta años una biblioteca y un museo concebidos para alentar el estudio del arte hispánico a través de importantes piezas de arte español, portugués y de América Latina, que conforman la colección más importante de arte hispánico fuera de la Península Ibérica. «Huntington se entusiasmó con la cultura hispánica cuando tenía sólo ocho años. En una visita a París y Londres se encontró con los grandes museos y compró un libro sobre los gitanos en España que fue el inicio de su colección», explica Mitchell A. Codding, comisario de la muestra y director de la Hispanic Society.
De esta manera, el hijo de una de las mayores fortunas de Estados Unidos se interesó por el coleccionismo, siempre encaminado a la creación de un museo. Paralelamente desarrolló una importante labor editorial para poner al alcance de los hispanistas libros raros y manuscritos en ediciones facsímiles. Huntington basó su política de adquisiciones en una decisión meditada, priorizando la compra de obra fuera de España para no privar al país de sus tesoros artísticos. Puede afirmarse, como hace Jonathan Brown, que Huntington convirtió la Hispanic Society en la depositaria enciclopédica de la cultura plástica y literaria española.
El coleccionista fue una de las personas que más hizo progresar el hispanismo en Estados Unidos en la primera mitad del siglo XX, mereciendo por ello el reconocimiento de renombradas universidades estadounidenses. Participó también activamente en patronatos de numerosos museos españoles y fue elegido miembro de las principales reales academias.
En las salas del museo se pueden contemplar los objetos más representativos de esta institución con sede en Nueva York, entre los que figuran piezas arqueológicas, arte islámico y medieval, obras del Siglo de Oro y de arte colonial y del siglo XIX latinoamericano y pintura española de los siglos XIX y XX. «La exposición repasa cuatro mil años de la cultura en la Península Ibérica y pasa a Hispanoamérica en los siglos del Virreinato y en el siglo XIX. Y también hay una sección importante de la biblioteca, que incorpora casi mil años de manuscritos», afirma Codding.
La muestra, que se comenzó a pensar hace solo un año y medio, ha sido posible gracias a la reforma de la sede de la institución. Muchas de las obras que se presentan no se habían hecho públicas hasta ahora o permanecían inéditas, como los relicarios de Santa Marta y Santa María Magdalena de Juan de Juni, o el grupo de madera policromada, vidrio y metal titulado Postrimerías del Hombre, atribuido al ecuatoriano Manuel Chili. Otras se han recuperado recientemente como el Mapa de Tequaltiche, que se creía perdido.
Junto a estas se exhiben obras maestras de la pintura, como Retrato de una niña de Velázquez, La Piedad del Greco, El hijo pródigo de Murillo, Santa Emerenciana de Zurbarán o la Duquesa de Alba de Goya; esculturas como la Efigie de Mencía Enríquez de Toledo del Taller de Gil de Siloé, la terracota de Luisa Roldán, el Matrimonio místico de Santa Catalina, o San Martín, una talla policromada de mediados del siglo XV.
La exposición también muestra una importante selección de piezas arqueológicas, entre las que destacan joyas celtibéricas, cuencos campaniformes y un broche de cinturón visigodo. Además se muestran artes decorativas, con piezas de orfebrería renacentista y barroca, cerámica de Manises, Talavera y Alcora, y curiosas piezas textiles.
Cronológico y temático
La primera parte de la muestra propone un recorrido cronológico y temático por la producción artística en España y América Latina, con piezas arqueológicas procedentes de yacimientos de la península, escultura romana, magníficos ejemplos de cerámicas, vidrios, muebles, tejidos, metalistería y joyas islámicas y cristianas medievales así como del Siglo de Oro.
Una gran relevancia tiene la pintura española, en evidente diálogo con las colecciones del Prado, y el arte colonial, estrechamente conectado con la producción artística en la península. Incluue también un ámbito dedicado a la biblioteca de la Hispanic Society, una de las más importantes del mundo, que da idea de los recursos que ofrece para la investigación de la historia y la cultura de España, Portugal y sus colonias.
La planta superior ofrece una amplia selección de la mejor pintura española del siglo XIX y principios del XX y una excepcional galería de la flor y nata de la intelectualidad española de la época, con la que Huntington trabó estrecha relación. Tras la Primera Guerra Mundial, el coleccionista frenó su búsqueda de adquisiciones para la Hispanic, pero mantuvo vínculos con el arte español a través de varios pintores, principalmente Joaquín Sorolla, a quien encargó la famosa serie de las regiones de España.
Finalmente, la exposición se completa con un documental dirigido por Francesco Jodice, que traslada a los visitantes hasta el Nueva York de principios del siglo XX para narrarles la historia de la Hispanic Society a través de la pasión coleccionista de su fundador.