La muestra trae a Ámsterdam una cuidada selección de la amplia colección de 1.500 trabajos de maestros holandeses que atesora el Hermitage, la más extensa fuera de Holanda. Se exhiben seis obras de Rembrandt, entre las que encuentran verdaderas joyas como Flora y Mujer joven probándose unos pendientes. Junto a éstas también puede admirarse uno de los más reconocidos retratos masculinos pintados por Frans Hals. Además de obras de estos reconocidos pintores, también se exhiben delicados trabajos de autores menos populares como Willem Drost, Jacob Duck o Arent de Gelder. La mayor parte de las obras expuestas visitan por primera vez Holanda desde que fueron adquiridas para la colección rusa.

La exposición también explora la predilección de los zares rusos por los maestros holandeses y cómo las obras fueron vendidas. Pedro El Grande fue uno de los primeros coleccionistas de estos pintores, quien adquirió su primer Rembrandt cuando tan sólo tenía 25 años. Su gran interés por los maestros holandeses precedió a la moda que más tarde se extendería por toda Europa. Por su parte, en el siglo XVIII, Catalina La Grande y muchos coleccionistas privados empezaron a atesorar grandes colecciones. La propia Catalina fue quien fundó el Hermitage en San Petersburgo. Los zares del siglo XIX acrecentaron esa colección, contribuyendo a reforzar el creciente reconocimiento internacional de Rembrandt y sus contemporáneos.

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De izquierda a derecha: Rembrandt van Rijn, Flora, 1634; Rembrandt van Rijn, Portrait of a Man, 1661; Gabriël Metsu, Breakfast, c 1659–62; Willem Kalf, Stillife with dessert, c. 1653/54; Dirck van Baburen, Concert, 1623. © State Hermitage Museum, St Petersburg.