La pintura de Ardanaz se presenta sobre papeles directamente fijados a la pared que permiten elaborar un montaje nunca encorsetado, sujeto a variaciones de última hora y vinculado estrechamente a una disciplina de taller. A nivel compositivo, la suya es una pintura que se configura por superposición de capas, que en ocasiones elimina todo rastro inicial, dando como resultado una carga matérica que sirve como testigo de la lucha, de nuevo como tótem de un conflicto distinto al que representan, pero simbólicamente vinculados.
Para el pintor, «las personas, su indumentaria, sus gestos y su carácter político me interesan tanto como las construcciones bélicas, el búnker, las trincheras o los refugios. La guerra me interesa como máximo paradigma del conflicto. El conflicto es universal, es motor humano, y pertenece a nuestras vidas, tome la forma que tome. Lo que queda después también me interesa».
El resultado es un trabajo site-especific que compila una serie de obras realizadas en los últimos años, algunas mostradas con anterioridad y otras no, pero que nunca se presentan del mismo modo, sino que en base al espacio y a las relaciones que se establecen entre ellas tienden a resignificarse, a asumirse como autónomas o como partes de un todo que, al igual que su investigación, no dilucida puntos de partida ni destinos aparentes. Parejo a esta decisión se plantea un gran mural que remarca esa especificidad, así como la decisión de trabajar directamente sobre el espacio de La Fragua, que permite hacer, rehacer, dudar y sorprenderse.
Quizás la clave de este proyecto se sitúe en esa indefinición, sin una estructura redonda que pueda afrontarse por medio de un montaje previo simulado, sino mediante un contacto directo a escala real, a través de un trabajo más físico que estratégico.
- Con motivo de la exposición se ha editado un un ensayo visual que recoge imágenes de las obras expuestas además de textos de Alfredo González Ruibal y Peio Aguirre, y la transcripción de una conversación entre Ángel Calvo Ulloa y el artista. Enlace
Tres acepciones
Existen diferentes acepciones para el término causa según la Real Academia, la primera se refiere a aquello que se considera como fundamento u origen de algo; la segunda apunta al motivo o razón para obrar y, la tercera, alude a la empresa o doctrina en que se toma interés o partido. El modo en que Ardanaz aborda esas tres acepciones entronca con la manera en que su investigación cobra forma: cuestionándose desde el principio dónde se sitúan sus intereses; analizando las razones que nos llevan a hacer lo que hacemos, y preguntándose por qué nos situamos donde nos situamos.
En base a esas premisas enfrenta una de esas pesquisas que no esperan, que se cogen en movimiento, en medio de un trayecto que va de ningún sitio a ninguna parte. CAUSA supone una de esas paradas forzosas a las que toda búsqueda está sujeta; casi un descanso que permita elaborar una panorámica, respirar y tomar de nuevo esa dirección que no define ni su principio ni su final, sino que se aborda por fragmentos cuyos límites se presentan difusos.