Las diferentes técnicas de origami textil desarrolladas por el sudafricano en su última etapa proponen una combinación de piezas transparentes, opacas y retroiluminadas que permiten revelar al espectador sus complejas formulaciones geométricas y el sugerente impacto estético de las sombras, actuando como los paneles shōji correderos de los vanos en la arquitectura tradicional japonesa, que proyectan sombras y trascienden las composiciones sobre el plano.
Seda y cajas de luz son los materiales básicos que el artista combina en sus piezas, inspiradas en las denominadas Leyes de la Gestalt, que perfilan las percepción a través de los estímulos visuales. La luz o su ausencia ofrecen interpretaciones distintas para cada obra.