La exposición incluye obras de artistas contemporáneos como Antoni Muntadas, Cinthia Marcelle, Dennis Adams, Eva Kot`átková, Dora Garcia, Pavel Kogan, Erwin Wurm, Rineke Djikstra o Pipilotti Rist, en las que se cuestiona dónde reside el conocimiento, se habla del museo como experiencia personal y se busca la transformación del papel del espectador y su lugar dentro de él.

Por primera vez, el Thyssen-Bornemisza se abre, además, como espacio para la creación con la convocatoria de tres becas de residencia. El objetivo es tender lazos entre la producción cultural más contemporánea y el Museo, entre sus obras y la labor de los educadores.

Un completo programa educativo se suma también al proyecto y permite que el público se convierta en agente activo y forme parte de este proceso de experimentación e investigación.

Esta muestra ha sido comisariada por tres profesionales del Thyssen: Ana Moreno, jefa del Área de Educación; Rufino Ferreras, responsable de Desarrollo Educativo, y Ana Andrés, educadora.

Otras formas de leer

¿Puede el museo ofrecer experiencias educativas independientes de la educación tradicional? ¿Dónde y quién produce el significado de lo expuesto? ¿De qué manera una exposición puede producir emociones y sensaciones?

En contextos museísticos, las exposiciones tienen tradicionalmente un desarrollo histórico de carácter lineal. Lección de arte cuestiona este modelo y propone otras formas de leer los objetos del pasado desde la contemporaneidad.

El título engloba múltiples lecturas, desde la más literal a la más irónica, pues también se trata de una “no lección de arte”. Habla de la relación del arte con los diferentes públicos y de las estrategias educativas que pretenden conectarlos. Se trabaja para ello en torno a la gestión y a la generación del conocimiento, proponiendo una reflexión sobre quién lo genera y dónde; para qué se crea; quién y cómo lo recibe; cómo se transmite, o quién dota de autoridad a ese conocimiento.

Lección de arte habla, en definitiva, de la emancipación del público y de cómo éste, a partir de sus aportaciones, puede, si no cambiar la idea del museo tal y como lo conocemos, sí transformar su lugar en él.

Diálogos

Las salas Moneo, en la planta -1 del Museo, albergan obras de Cinthia Marcelle, Luis Camnitzer, Pavel Kogan, Eva Kot’átková, Rineke Djikstra, Alicia Martín, Dennis Adams, Dora García, Rivane Neuenschwander, Erwin Wurm o Ryan Gander, entre otros artistas contemporáneos, en las que se cuestiona dónde reside el conocimiento, se habla del museo como experiencia personal y se busca la transformación del papel del espectador y su lugar dentro del mismo.

Una segunda parte extiende la exposición hacia otros espacios y hacia las salas de la colección permanente con una serie de instalaciones de artistas como Kota Ezawa, Antoni Muntadas, Herz Frank, Mateo Maté, Oriol Vilanova, Olafur Eliasson o Rafael Lozano Hemmer, estableciendo diálogos entre pasado y presente que refuerzan conceptos que contienen las obras del museo y que buscan transformar la experiencia del espectador, colocándolo en situaciones distintas a las habituales. También aquí tienen su espacio las intervenciones de los creadores residentes y del propio equipo de educación.