Vania (escenas de la vida) tiene como tema central la vida, que se puede observar a través de la visión de los personajes y de sus respectivas miserias. A Vania/Luis lo ha guiado el deber y sólo ha vivido para los demás postergando sus propios anhelos. Vive con su sobrina Sonia/Irene, que está enamorada del doctor Astrov/Gonzalo. La cotidianidad de éstos se ve perturbada con el regreso del profesor, ex cuñado de Vania/Luis y padre de Sonia/Irene, y su actual esposa, Elena/Ariadna, una mujer considerablemente más joven y de gran belleza.
Como explica Rigola, “necesitaba que casi no hubiera diferencia entre personaje y actor. Se llaman por sus nombres, cada día vendrán vestidos de casa de manera diferente, como ellos van normalmente por la calle. Es importante esa confusión entre no saber si está hablando Luis Bermejo o Vania. De hecho es una mezcla de ambas cosas, eso es lo interesante. Hay una búsqueda de que el actor no interprete, sino que esté. Ellos han tenido que encontrar como defender cada uno sus argumentos y qué se reproducía en su propia vida en este texto”.
Espacio austero
En una caja de madera de seis metros de ancho por ocho de largo el dramaturgo encierra a 60 personas. Convidado por un clima íntimo y un espacio austero, el espectador, guiado por unos post-it pegados en el suelo con un árbol dibujado, entra en la caja en la que “está continuamente interpelado por los actores con sus pensamientos. No es un lugar en el que los actores están en un sitio y el público en otro, sino que los espectadores pasan a formar parte de esta familia, son casi como los psiquiatras que escuchan sus lamentos”, señala el director sobre la puesta en escena.
Para Rigola, más de un siglo después, el texto de Chéjov permite reflexionar sobre la pérdida de rumbo como si hasta ahora no hubiéramos aprendido nada. La propuesta muestra una visión trágica del mundo contemporáneo donde sus protagonistas descubren que la vida no es como se la habían imaginado y donde todo lo que se proyectaba como futuro ha quedado despojado por una realidad que solo deja entrever desilusión y tristeza.
Este Vania, segundo Chéjov de Rigola tras el Ivanov que realizó la temporada pasada en el Teatre Lliure de Barcelona, fue la primera propuesta teatral de la nueva temporada de Teatros del Canal. El trabajo artístico de Rigola tendrá su continuidad en marzo con Who is me. Pasolini (Poeta de las cenizas).