Eritaña. Esta producción fue estrenada el 28 de abril de 1960 por Antonio y su Ballet Español en el Liceo de Barcelona. Isaac Albéniz compuso Suite Iberia al final de su vida, entre 1905 y 1909. Eritaña forma parte del cuaderno nº4 y se estrenó el 9 de febrero de 1909 en París, tres meses antes de su fallecimiento. Su fuente de inspiración son las sevillanas. Eritaña se nutre de los pasos de las sevillanas boleras y su forma de ejecución durante el siglo XIX. Una de las obras imprescindibles para entender la danza española en su camino hacia la excelencia por medio de la estilización coreográfica.
Soleá del Mantón. Blanca del Rey es, además de una de las grandes bailaoras de las últimas décadas, una de las mayores agitadoras del flamenco desde uno de sus templos, El Corral de la Morería. Con esta coreografía ofrece su más preciado legado artístico: su personal Soleá del Mantón, una joya que ha querido depositar en la caja fuerte del Ballet Nacional. Fue estrenada en el Teatro de La Zarzuela en junio de 2015, con música de Jesús Torres, escenografía de Emilio Valenzuela y vestuario de Yaiza Pinillos.
Zapateado. Se cumplen setenta años desde que Antonio estrenara su versión de Zapateado, de Pablo Sarasate, su solo más célebre. La interpretación que hizo Antonio es una delicia. Para él, bailarlo “es como acariciar el suelo, hay que hablar con los pies, no dar patadas”. En las últimas décadas lo han bailado los primeros bailarines de las compañías que contaron con el arte de Antonio, pues es pieza de repertorio que va pasando de generación a generación, como pasa con las obras clásicas.
Bolero. En esta producción, basada en el Bolero de Ravel, con coreografía de Rafael Aguilar, el lenguaje flamenco, con sus ritmos y su estética, ofrece una nueva lectura, si no más profunda sí más personal de esta obra enriquecida con una atmósfera y unos sentimientos nacidos del alma española, de los que Ravel fue un profundo observador. En su versión, Aguilar aprovecha la base rítmica del bolero, compuesto de tiempos y de percusión esencialmente flamencas, empleado como soporte, al que se vienen a añadir melodías plenas de sensualidad y de deseo, expresando la esencia de la obra en medio de una interpretación libre, extraflamenca, totalmente regida por los movimientos de los instintos y del alma. La producción se estrenó en 1987 en el Festival de la Versiliana por el Ballet Teatro Español de Rafael Aguilar y en 2014 en Madrid por el BNE.
Alento. El BNE la estrenó en el Teatro de la Zarzuela de Madrid el 12 de junio de 2015. Alento es un fiel reflejo del estilo como creador de su actual director, Antonio Najarro, así como de su visión personal de la danza clásico española. Un recuerdo de su bagaje coreográfico, inspirado en la partitura del genial compositor y guitarrista Fernando Egozcue, que creó una música muy rítmica y llena de sensibilidad. Alento está vestido por los exquisitos diseños de Teresa Helbig (ACME) e iluminado por Nicolás Fischtel. Un mensaje positivo y alentador a través de una coreografía dinámica y llena de vida.