La práctica de García hace visibles a través de formatos y medios diversos –dibujo, vídeo, instalación, teatro o performance–, los mecanismos de funcionamiento de los procesos comunicativos culturales, explorando y cuestionado cómo se produce la relación entre el artista, la obra y sus públicos. Sus proyectos buscan la implicación activa y crítica de los espectadores, cuyas acciones, decisiones y omisiones condicionan el desarrollo y la configuración formal y material de las obras.
Esta exposición, titulada Segunda Vez, toma su nombre de un relato homónimo de Julio Cortázar y de uno de los proyectos más recientes de la artista, consistente en una serie de cortometrajes en los que la figura del intelectual argentino Óscar Masotta sirve como hilo conductor para plantear cuestiones relativas a la performance, el psicoanálisis y la política, con especial atención a las estrategias de metaficción y repetición.
La muestra recoge una selección de los trabajos que García ha realizado desde finales de la década de los 90 hasta la actualidad, incluyendo obra nueva, entre performances, películas, vinilos, dibujos y textos. Las piezas se distribuyen en tres espacios del edificio Sabatini: la planta tercera, la Sala de Protocolo y la Sala de Bóvedas.
«Hay un agujero en lo real»
Con esta frase de la serie Golden Sentences que remite, según García, a “una parte de nuestra realidad que nunca conseguimos representar a través del discurso ni de la imagen” da comienzo la exposición. Segunda Vez, evitando una lectura cronológica, recorre su trayectoria respondiendo a todos los referentes intelectuales que han marcado su obra –desde los literarios hasta los marginales, disidentes o inadecuados– y de los que se nutre su práctica artística.
Dora García trabaja con la percepción y con el público, intentando reactivar el aparato cognitivo del espectador con el fin de hacerle ver la realidad desde perspectivas alternativas. Uno de los medios que utiliza para conseguirlo es la performance, el soporte que tiene más protagonismo en su obra.