Tras las protestas de la Plaza de Tiananmen de Pekín de 1989, brutalmente reprimidas, China continuó un proceso, eso sí, autoritario, que ya se había iniciado a principios de la década con las medidas ‘aperturistas’ de Deng Xiaoping. Meses después caería el Muro de Berlín y finalizaría –al menos nominalmente– la Guerra Fría. Durante esa etapa, el gran país ya tomaba velocidad en la pista de despegue de la globalización hacia su ascenso como potencia mundial.
En esta coyuntura los artistas desempeñaron una función catalizadora de los cambios masivos que se iban sucediendo, pero también se mostraron escépticos ante ellos. Adoptaron la posición crítica y las propuestas abiertas del Arte Conceptual internacional para crear performances, pinturas, fotografías, instalaciones y piezas de videoarte y pusieron en marcha distintos proyectos de activismo buscando la implicación directa en la sociedad.
Estos creadores despuntan durante los años noventa y principios de la década de 2000, coincidiendo con el momento en que el arte occidental comenzaba a mirar más allá de sus centros tradicionales de producción y cobraba forma el fenómeno del arte contemporáneo global. Arte y China después de 1989 muestra en el Museo Guggenheim Bilbao el papel crucial de los artistas chinos en esta evolución.
En seis secciones temáticas y cronológicas –1989: Prohibido cambiar de sentido; Nueva Medición: análisis de la situación; 5 horas: capitalismo, urbanismo, realismo; Placer incierto: actos de sensación; En otro lugar: viajes por el territorio intermedio; La utopía ¿de quién?: activismo y alternativas circa 2008, la exposición muestra las prácticas conceptuales de dos generaciones de artistas chinos.
Libres de ideología
La exposición está comisariada por Alexandra Munroe, Philip Tinari y Hou Hanru. La primera explica así el sentido de la muestra: «Gira en torno a artistas, grupos y movimientos clave de China y de la escena internacional, que con sus provocaciones aspiran a forjar una realidad libre de ideología, a reforzar el papel del individuo frente al colectivo y a definir la experiencia contemporánea en China según una perspectiva universal. Este análisis nos invita a considerar nuestra propia historia reciente a través de la óptica de algunos de los artistas contemporáneos chinos con mayor potencial reflexivo».
Bajo el contexto de la globalización y el escepticismo ante las bondades del capitalismo, en total son más de 120 obras procedentes de la Colección de la Solomon R Guggenheim Foundation e instituciones y coleccionistas privados de Asia, Europa, Oriente Medio y EE.UU. El título de la exposición El teatro del mundo procede de una instalación de Huan Yong Ping presentada en Stuttgart en 1993. Una estructura en forma de jaula que contiene reptiles e insectos inspirada en la cosmología china, el panóptico de Jeremy Bentham y la crítica de la modernidad de Michel Foucault.
Algunos de los artistas y grupos participantes son Ai Weiwei, Cai Guo-Qiang, Geng Jianyi, Lin Tianmiao, Wang Guangyi, Xiao Lu, Grupo Sensación Táctil u Hombres de Xijing.