La muestra permite ahondar en un período fundamental de la trayectoria del artista, cuando se produce la gestación del estilo que caracterizará su producción. Desvela también las motivaciones profundas que guían su obra, los movimientos de vanguardia que influirán en ella y los temas que serán determinantes en su carrera. Una indagación, en suma, en el origen del lenguaje absolutamente personal y reconocible de Chagall.
Ruptura decisiva
En 1911 se produjo una decisiva ruptura en el trabajo temprano del joven Chagall, consecuencia del contraste de experiencias entre su Bielorrusia natal y la nueva vida de la capital francesa que lo acogió. Entre 1911 y 1914 trabajó en la metrópoli creando un conjunto de obras en las que a sus recuerdos de la vida dentro de la comunidad jasídica de Vitebsk se suman iconos de la modernidad. Las reminiscencias del arte popular ruso se mezclan con los experimentos estilísticos más avanzados que le ofrece la vanguardia, incluyendo a Picasso, Robert y Sonia Delaunay, y Jacques Lipchitz.
En 1914, en su regreso a casa para casarse con Bella Rosenfeld, la primera contienda mundial sorprende a Chagall, confinándole allí durante ocho años, lo que le llevó a una fase de auto-búsqueda que puede verse reflejada en muchas de las pinturas y obras sobre papel de la época. El artista realizó numerosos autorretratos, representaciones de la vida judía y diseños para la puesta en escena de la primera celebración de la Revolución de Octubre que tuvo que organizar como comisario de las artes y director de la escuela de arte de Vitebsk en 1918.
Esta exposición, diseñada por el Kunstmuseum Basel, presenta una selección de obras del periodo de mayor evolución artística y personal para Marc Chagall, así como de gran convulsión política. Su núcleo lo constituye un conjunto de destacadas obras procedentes de los fondos del Kunstmuseum Basel, de la Im Obersteg Foundation y de otras colecciones públicas y privadas.