Nacida en 1936 con el nombre de Carmen Lydia Djuric y residente en Francia desde 1962, Hessie fue una de los escasos artistas afroamericanos activos en la escena europea de los años 70. Desde finales de los años 60 desarrolló una obra singular, en la que el bordado y el collage sirven de vehículo a un mensaje de supervivencia y feminismo. Como otras artistas de su generación, se reapropió de esta técnica tradicionalmente practicada por mujeres, subvirtiéndola y sirviéndose de ella para crear expresiones contemporáneas a través de la aguja y el hilo.
Su retrospectiva en el MUSAC, co-producida junto a les Abattoirs Musée – FRAC Occitanie (Toulouse), permite descubrir a través de más de un centenar de obras a una artista marginada e invisibilizada durante mucho tiempo en el marco de la historia del arte.
La exposición reúne, en 11 apartados temáticos, sus series en tela y papel, bordados y collages, así como trabajos que la artista produjo durante su último año de vida expresamente para esta muestra. Se muestran asimismo documentales y películas de aquel periodo y vídeos más recientes, en un intento de esclarecer el “misterio Hessie”.
Burbuja creativa
Procedente de una familia multirracial, Hessie abandonó la isla de Cuba a finales de los años 50, emprendiendo un viaje que la llevaría primero a Estados Unidos y después a Francia. En 1962, junto al pintor Dado, se mudó a un molino en Hérouval (Normandía), donde siguió residiendo hasta su muerte en 2017. En esta casa Hessie instaló su estudio, lo que le permitió encerrarse en una burbuja creativa, en la que teje la estructura de una temporalidad doméstica. En esta “habitación propia”, como diría Virginia Woolf, desarrolla una obra inclasificable y atemporal sirviéndose de materiales humildes, domésticos (papel, ropa, residuos, pelo, polvo), femeninos (tela, hilo, botones) o infantiles (juguetes), con los que desarrolla un lenguaje plástico de gran precisión, minimalista y casi siempre abstracto. Ella misma se encargó de denominarlo Survival Art: un arte de supervivencia para resistir a las rupturas y las pérdidas.
Como otras artistas coetáneas, recuperó la técnica femenina del bordado para producir una escritura contemporánea con hilo y aguja. Según la crítica de arte Aline Dallier, pertenece a las “Nouvelles Pénélopes” (Nuevas Penélopes), que utilizan el lenguaje femenino para subvertirlo. En sus series de bordados y collages –Grillages, Végétation, Bâtons pédagogiques, Ecritures, Trous, Déchets or Boîtes– se aprecian también afinidades con movimientos contemporáneos como el Minimalismo, Process Art, Antiform, Soft Art, además del Arte Povera y Support/Surface.
La pérdida
El «Arte de supervivencia» tiene la intención de resistirse a la pérdida y la disolución, favoreciendo claramente materiales como detritus, objetos obsoletos y cotidianos, vestigios de una vida, gracias a la costura, una acción que pone parches, cuida y une. Survival Art enlaza con sus aliados, los movimientos de liberación feministas, o los talleres y reuniones de las mujeres solidarias y comprometidas políticamente que participan en ellos.
El término adquiere una nueva dimensión dado que la supervivencia reside en el corazón del destino del trabajo de Hessie, que consiguió escapar de la destrucción. A raíz de un incendio en Hérouval, una parte de las obras de Hessie resultó dañada por el agua utilizada para sofocarlo, y, a pesar de las restauraciones, las huellas aún hoy son visibles en algunas de ellas.