Este proyecto expositivo parte de la donación excepcional de la familia Autric-Tamayo a la colección fotográfica del Reina Sofía, ampliada en los últimos años gracias a la generosidad de Carlos Pérez Siquier y de otros fotógrafos y herederos de Afal. De entre las 700 obras de esta importante donación se han seleccionado más de 200 para esta muestra. Con las nuevas incorporaciones, el Museo se convierte en el referente para el estudio y el conocimiento de este colectivo fotográfico, uno de los más destacados de la segunda mitad del siglo XX.

José María Artero García y Carlos Pérez Siquier fundaron la revista de fotografía y cine AFAL en 1956, sin un manifiesto pero con una decidida apuesta por la libertad. La independencia de sus planteamientos y la frescura de su tono atrajeron enseguida a fotógrafos inquietos de todas partes de España y, de esta manera, la revista se convirtió en el motor de la renovación de la fotografía española después del periodo de posguerra.

Este proyecto, que germinó en Almería –Afal es el acrónimo de Asociación Fotrográfica de Almería–, nació con vocación nacional, siendo Madrid y Barcelona dos de los sus núcleos principales. En la revista se incluyó una sección de cinematografía y se optó por la interacción de imagen y literatura. Destacadas plumas dejaron su impronta. Lo más novedoso fueron los portafolios monográficos, dedicados a fotógrafos tanto españoles como extranjeros.

El Anuario de la Fotografía Española Afal de 1958 les permitió conectarse con otros grupos internacionales. También fue clave su relación con Le Club Photographique Les 30 x 40, con quienes hicieron una exposición colectiva en la biblioteca de la Embajada española en París en 1959. Se introdujeron en la fotografía de vanguardia europea en los certámenes del Salon Albert I de Charleroi (Bélgica) y la Bienal de Pescara de 1958. La escasa infraestructura editorial e industria cultural y las deudas detuvo la publicación en 1963. «Las revoluciones tienen que morir jóvenes», sentenció Pérez Siquier.

La colección

Los donantes Adolfo Autric y Rosario Tamayo comenzaron a coleccionar estas fotografías de manera intuitiva hasta que tuvieron el convencimiento de que estaban custodiando un tesoro. Así alcanzaron las 650 obras donadas, de las que se exponen 200 en la sala permanente dedicada a la fotografía del Museo.

Todas las copias son de época, positivadas por el artista o, al menos, bajo su dirección. La compra de los donantes fue muy meditada. «Compramos lo que no se podía dejar pasar», recuerda Adolfo Autric. Otros donantes son Carlos Pérez Siquier, la Fundación Alberto Schommer, Agustín Pániker, Aurora Ontañón, Gonzalo Juanes Asensio y los hermanos Terré Alonso.

Junto a ediciones de la revista se pueden ver en la exposición las series La ciudad, de Alberto Schommer; Vivir en Madrid, de Francisco Ontañón, que se publicó en libro en la editorial Kairós de Salvador Pániker; El Carrer, de Joan Colom, sobre el barrio barcelonés de El Raval; Calle Serrano, de Gonzalo Juanes, en color –algo inusual de la época–, Álbum de Isabel, y Gente de Asturias; la poética humanista del retrato de Gabriel Cualladó; los objetos inertes y espacios urbanos de Francisco Gómez; La Chanca, de Carlos Pérez Siquier, sobre el popular barrio de Almería, en color y blanco y negro; Galicia y los rituales de peregrinación, de Ricard Terré; Costa Brava Show, de Xavier Miserachs; Los Sanfermines, de Ramón Masats; la muerte de Carmen Amaya y Hemingway en Pamplona, de Julio Ubiña; Escenas españolas y De glamour, de Oriol Maspons; y, como cierre, Toros, de Leopoldo Pomés.