Esta exposición supone, en palabras de su comisario João Fernandes, “un acercamiento a las acciones que conforman la singularidad radical del trabajo de Artur Barrio, caracterizado por una crítica mordaz a la objetualidad del arte y a sus condiciones de producción, circulación y consumo en la sociedad contemporánea”.
Barrio irrumpió en la escena creativa brasileña a finales de esa década, en un contexto marcado por las tensiones políticas y la creciente represión de la dictadura militar desde el golpe de estado de 1964. Su obra supone una de las mayores rupturas en Brasil en esos años, transgrediendo los paradigmas estéticos tradicionales y redefiniendo las prácticas artísticas. La libertad de experimentación y la relación del arte con la vida son la clave de las nuevas propuestas conceptuales que Barrio protagoniza junto a artistas como Hélio Oiticica, Lygia Clark o Lygia Pape
Las intervenciones en el espacio público y la búsqueda de un lugar de expresión al margen de las instituciones artísticas confluyen en Barrio como un signo de resistencia que poetiza la vida cotidiana. En sus proyectos, el artista utiliza materiales precarios y perecederos, en muchas ocasiones orgánicos, para crear situaciones (situacões) que hacen imposible su reapropiación por parte de un sistema del arte que permanece comprometido con la circulación fetichista del objeto o el documento.
Junto a ellas, Barrio realiza otro tipo de intervenciones en museos y galerías en el marco de sus exposiciones a las que denomina experiencias (experiências). Durante un periodo determinado de tiempo previo a la inauguración de las muestras convive con las dinámicas productivas de la institución, irrumpiendo y creando fricciones en la normalidad diaria.
El artista opera directamente sobre las paredes o realiza actuaciones en el espacio influyendo en la propia arquitectura y ambiente de las salas (sus muros, olores, luz, etc.), así como en el recorrido del visitante. Con este tipo de experiencias relacionales se busca cuestionar la tiranía de la visión e interpelar los sentidos del espectador.
Itinerario e intervención
La muestra se divide en dos secciones: en la primera se traza un itinerario histórico a través de documentos del archivo del artista mediante los cuales ha quedado un registro de las situaciones y experiencias creadas por Barrio en diferentes lugares y momentos, así como de ideas, materiales y metodologías recurrentes a lo largo de su carrera.
En la segunda, el espectador puede ver la huella dejada por el artista tras la realización de una experiencia in situ los días previos a la inauguración de la muestra, cuando el artista se apropió del espacio expositivo y lo convirtió en un lugar de expresión de la libre creatividad. La intervención y ocupación de Barrio en el Museo – Zona C de la Planta 3 del Edificio Sabatini– pone a prueba la capacidad de la institución de responder y adaptarse a la espontaneidad de ese gesto.