Libros, manuscritos, planos, estampas y maquetas procedentes de instituciones como la Biblioteca Nacional de España, la Real Academia, Patrimonio Nacional, la Hispanic Society of America, la Galleria degli Uffizi o la Biblioteca Nacional de Francia sirven para analizar los espacios teatrales de la época y el ambiente que los coloreaba. Como capital de la Monarquía Hispánica, Madrid instauró un modelo que se exportó con éxito al resto de sus ciudades.
El recorrido de la exposición está diseñado cronológica y espacialmente en cuatro espacios: Corral de comedias, ambiente palaciego, calles y plazas y música. El corral de comedias daba cabida a todos los estamentos sociales por su precio asequible. Destacaron el Corral de la Cruz o el del Príncipe, cuya cazuela o patio de los mosqueteros es analizado.
Los ambientes palaciegos fueron espacios de representación teatral hasta que surgió el teatro profesional, como en las salas, dormitorios y patios del Palacio del Buen Retiro o del Álcazar. En el plano callejero se pueden ver muestras de espectáculos populares de volatineros, tarascas del Corpus Christie o comitivas actorales como el desfile que encargó Felipe IV en 1623 en honor al príncipe de Gales. Por último se destina un espacio a la música, discplina que atraía tanto al público popular como al cortesano.