Scarlett, confeso admirador de la maravillosa partitura de Chaikovski, ha intentado ser fiel a la coreografía original de Petipa e Ivanov, pero introduciendo un gran número de fragmentos en el primer y cuarto acto, pero asegurándose de que estos encajaran perfectamente, y «sin costuras», en la coreografía original: «Cada fragmento tiene que tener sentido».
«Antes de nada –abunda el coreógrafo– he querido preguntarme por la evolución de los personajes, en saber por qué actúan como lo hacen para que sus intervenciones parezcan reales. Pero no solo en cómo son, sino en cómo interactúan entre ellos. He querido que esta narrativa tuviera sentido».
Por eso destaca de esta esperada nueva producción el perfil de cada rol, que Scarlett define e incluso humaniza, haciendo más comprensible la historia y ofreciendo nuevos puntos de vista, especialmente sobre Von Rothbart. Con igual intención rescata pasajes de la partitura, que habitualmente son suprimidos, y reestructura el cuarto acto para poner en valor su potencia narrativa. La coreografía mantiene íntegra la danza napolitana de Frederick Ashton en el tercer acto, momento que cosechó grandes ovaciones el día de su estreno.
Grandes estrellas
Liam Scarlett sitúa la acción a finales del siglo XIX, y para su ambientación ha escogido al prestigioso John Macfarlane, responsable del vestuario y la escenografía, quien, sin dejar de ser fiel a la tradición, aporta el imprescindible halo de cuento de hadas y la intimidad o exhibición necesarias cuando la narración lo requiere. Su espectacular tercer acto, derroche de riqueza y pomposidad, despertó gran admiración en su estreno londinense.
Las funciones contarán con la participación de la Orquesta Titular del Teatro Real dirigida por Koen Kessels, y con las grandes estrellas de la compañía británica para encarnar los papeles principales, Odette/Odile y el príncipe Siegfried, interpretados por Marianela Núñez y Vadim Muntagirov (18, 22 de Julio); Yasmine Naghdi y Matthew Ball (19 de julio); Sarah Lamb y Ryoichi Hirano (20 de Julio); Akane Takada y William Bracewell (21 de julio, 17.00 h) y Yasmine Naghdi y Federico Bonelli (21 de julio, 22.00 h).
20 años después
The Royal Ballet fue la primera compañía de danza que actuó en el recién inaugurado Teatro Real, en noviembre de 1997, interpretando una inolvidable versión de La bella durmiente. Ahora regresa con esta brillante propuesta para participar en las celebraciones del Bicentenario y del 20 aniversario de su reapertura.
Para Kevin O’Hare, su director, «es un honor volver al Teatro Real después de más de veinte años, presentando esta nueva y emocionante producción de El lago de los cisnes. Todo el mundo en la compañía tiene muchas ganas de actuar en Madrid, y estoy encantado de poder compartir esta producción con el público español después de su estreno en Londres».