“Esta exposición ha supuesto para la Fundación un doble reto”, señala Fernando Masaveu, su presidente. “Por un lado se ha querido homenajear a una figura clave en esta casa, un auténtico mecenas cuyo amor por el arte ha hecho de la Colección Masaveu una de las más importantes de este país y, por otro, hemos querido llevar a cabo un montaje singular en el que destacasen al máximo las obras de Sorolla sin interferir en la extraordinaria arquitectura del Niemeyer. Ver por primera vez de manera conjunta las obras de la Colección de Pedro Masaveu nos llena de emoción a la vez que nos anima a seguir con la labor de mecenazgo que ha llevado a cabo a lo largo de varias generaciones”.
Durante los seis meses que la muestra estará abierta al público, el espacio de la Cúpula se convertirá en un lugar de encuentro imprescindible para todos los amantes del arte y del coleccionismo, en lo que supone un hito para el conocimiento del rico universo de Sorolla y una de las principales citas culturales del año en nuestro país.
Según Vicente Domínguez, viceconsejero de Cultura del Principado de Asturias, “la exposición supone un hito por presentar al público por primera vez la mayor colección privada de obras de Sorolla, la Colección Masaveu, junto a la Colección Pedro Masaveu del Museo de Bellas Artes de Asturias, creando así un único discurso expositivo nunca antes visto y consiguiendo aunar los esfuerzos de dos de las principales instituciones culturales asturianas –el Centro Niemeyer y la pinacoteca del Principado– gracias a la pasión y el empeño de la Fundación María Cristina Masaveu Peterson”.
Blanca Pons-Sorolla, comisaria de la exposición, considera que estamos ante una selección de obras «cuya calidad y diversidad nos muestra el carácter del coleccionista». Una característica común a todas las obras, y que en su opinión entusiasmó a Pedro Masaveu, es la «diversidad de luces y la capacidad sin igual del artista para representarlas. Son las propias obras la que emanan luz».
El mar y las playas
El conjunto mostrado recoge diversas temáticas, con especial atención a los asuntos relacionados con el mar y las playas. Entre ellos hay que citar como referentes de primer orden La familia de don Rafael Errázuriz Urmeneta (1905), Mi mujer y mis hijas en el jardín (1910), Playa de Valencia. Sol de tarde (1908) y Cosiendo la vela (1904) de la Colección Masaveu, y Transportando la uva. Jávea (1900) y Corriendo por la playa. Valencia (1908), de la Colección Pedro Masaveu.
Las estructuras de hormigón y vidrio que sustentan las obras de la muestra están inspiradas en los caballetes de cristal proyectados por la arquitecta italo-brasileña Lina Bo Bardi (1914-1992) para exponer la colección del MASP (Museo de Arte de São Paulo), institución en la que se utilizaron los caballetes entre 1968 y 1996 y donde han sido recientemente recuperados para el mismo fin. Con el uso de estos soportes se crea un diálogo entre dos grandes arquitectos brasileños, Oscar Niemeyer (1907-2012), creador del Centro Niemeyer, y la diseñadora Lina Bo Bardi.
A iniciativa de la Fundación María Cristina Masaveu Peterson se opta por este sistema expositivo que permite al visitante de la muestra tener desde el inicio una perspectiva completa, clara y única del conjunto expuesto, así como del espacio que lo acoge. La liviandad y transparencia del montaje, que hace que las obras parezcan estar suspendidas en el aire, invitan al espectador a mantener un diálogo directo con cada una de las obras expuestas.
“Los caballetes de cristal nos invitan a detenernos y estudiar de forma individual cada obra, así como a disfrutar con los juegos de transparencias y reflejos que se crean en las traseras de las obras”, destaca Blanca Pons-Sorolla. “El resultado de este proyecto museográfico es muy sorprendente y se revela como una solución idónea a la hora de contemplar esta colección en un espacio singular y diferente”.
Pedro Masaveu
A lo largo de su vida, Pedro Masaveu fue, además de un destacado filántropo y empresario, un gran amante del arte. En este sentido amplió, por un lado, su colección personal, y, por otro, impulsó con nuevas adquisiciones la Colección Masaveu –uno de los fondos artísticos más importantes de España, cuyos orígenes datan del siglo XIX– propiedad de la Corporación Masaveu y gestionada desde el año 2013 por la Fundación María Cristina Masaveu Peterson.
En 1994, su colección personal –la Colección Pedro Masaveu, formada por más de cuatrocientas obras, buena parte de ellas de enorme calidad– pasó por dación al Principado de Asturias por expreso deseo de María Cristina Masaveu Peterson, que quiso así ensalzar la figura de su hermano como coleccionista. Posteriormente, el Principado depositó la colección en el Museo de Bellas Artes de Asturias, impulso gracias al cual este museo está considerado hoy como uno de los más destacados de España.
Pedro Masaveu es, además, el principal coleccionista privado de Sorolla. Adquirió 59 obras realizadas entre 1882 y 1917, de las cuales 46 continúan en la Colección Masaveu y 13 pertenecen a la Colección Pedro Masaveu del Principado de Asturias. La exposición Pedro Masaveu: pasión por Sorolla presenta por primera vez al público esta colección excepto una pieza, Llegada de la pesca, que se expone actualmente en el Museo Reina Sofía.